Amalur ARTOLA
DONOSTIA

Mariano Arsuaga: «El volver a pintar, a andar, me ha llevado a estos cuadros»

Koldo Mitxelena exhibe hasta el 4 de noviembre veinte pinturas que el irundarra Mariano Arsuaga ha elaborado entre 2010 y 2017. Una lesión que le mantuvo en cama durante un periodo de tiempo prolongado y el fallecimiento de su madre y padre le llevaron a pintar lo que él denomina «celdas», figuras que poco a poco han ido mutando. «Pasan de ser barrotes a árboles, vuelven la alegría y la senda de la pintura», comenta el autor.

Las coloridas obras del irundarra Mariano Arsuaga llenan hasta el 4 noviembre la sala Ganbara de Koldo Mitxelena de optimismo gracias a “Lorategiak airean/Jardines en el aire”, exposición que recoge parte de las obras que Arsuaga ha realizado entre los años 2010 y 2017.

Se trata de una veintena de pinturas a las que el irundarra traslada su universo de geometría colorida y cuatro “vitrinas” que recogen diferentes aspectos de su obra, todo ello precedido por grandes retales de plástico pintado que inundan el suelo y provocan en el visitante la sensación de estar entrando en una de sus obras. «No me limito a los cuadros, intervengo en los espacios en los que expongo», explica. Cuenta que las medidas de su taller se corresponden con las de la sala donostiarra «y tenía este plástico que absorbe el color; no tiene ninguna protección y lógicamente se irá gastando, sé que al ir pisándolo se va a deteriorar, pero es eso también lo que sucede en la vida».

Ese “cuadro” lleva al visitante a las paredes, que recogen una veintena de obras creadas entre 2010 y 2015: «En ese periodo tuve una lesión que me mantuvo inmóvil y murieron mis padres. Fue cuando empecé a pintar las celdas. Con el tiempo, pasaron de ser barrotes a árboles, vuelven la alegría y la senda de la pintura, que a mí me tiene cautivado. El volver a pintar, a andar, me ha llevado a estos cuadros». En las cuatro vitrinas a colocado sus archivadores personales y material relacionado con el proceso de creación. Una de ellas acoge el único cuadro figurativo de la exposición: «Hablo de mis paseos de recuperación por Berastegi, de la cercanía con la naturaleza... Trato de construir la totalidad de lo que hago», explica, y matiza que trata de hablar del tiempo, porque «mis cuadros están atados a los lugares donde he estado, al tablero de la vida, el valle, mi taller, el color y el gozo del jardín... Como decía Vila-Matas, cada momento es un lugar donde nunca hemos estado».

De Donostia, a Iruñea en diciembre y Gasteiz en primavera de2018

Javier Manzano, técnico de cultura del Ayuntamiento de Iruñea esbozaba una sonrisa y afirmaba: «Con Mariano, los proyectos nunca son sencillos; siempre crecen, y eso es de agradecer». Y es que la relación que durante su carrera ha forjado Arsuaga con distintos agentes ha propiciado que la exposición se convierta en itinerante y llegue en diciembre a la Ciudadela de Iruñea y, en primavera de 2018, la recibirá la Fundación Sancho el Sabio de Gasteiz. Arsuaga adelanta que cada espacio expositivo contará con una muestra «diferente». A.A.