Ane URKIRI ANSOLA
ALAVÉS

Una nueva derrota provoca la destitución de Zubeldía

En cuatro jornadas disputadas el Alavés ha sido incapaz de sumar ningún punto y tampoco ha hecho ningún gol, lo que le lleva a ser el farolillo rojo de la tabla. 

ALAVÉS 0

VILLARREAL 3

 

La paciencia de los rectores del Deportivo Alavés ha durado hasta la cuarta jornada. La contundente derrota frente al Villarreal provocó la inminente destitución de Luis Zubeldía que no ha conseguido convencer su estilo de juego a la plantilla, algo que se ha visto en los primeros cuatro partidos. Así pues, los dirigentes no han querido alargar más la continuidad del argentino y, a cuatro días de enfrentarse al Deportivo de la Coruña en un duelo que se considera trascendental, el club decidió reaccionar. Y es que puntuar en Riazor es, prácticamente, cuestión de vida o muerte para el conjunto gasteiztarra.

Ha jugado cuatro partidos y no ha sumado ningún punto, y lo que es más preocupante, ni han llegado a marcar ni un gol. Cierto es que ayer hasta el primer gol encajado, es decir, hasta el minuto 32, el Glorioso estaba cuajando sus mejores minutos de la temporada ante un Villarreal que no se sentía del todo cómodo Mendizorrotza. Aunque hablando de ocasiones solo se puede contabilizar una de Ibai Gómez, que tras una buena jugada de Bojan Krcic no llegó a rematar con demasiada fuerza su centro raso. Mientras, el único acercamiento peligroso del Villarreal fue el gol de Bacca en el minuto 8 que a la postre fue anulado. 

Cuando el Alavés mejor se encontraba con el balón en los pies, Bakambu decidió cambiar la trayectoria del partido con un disparo desde la media luna del área que salió rebotado por el cuerpo de Alexis, despistando a un Pacheco que ya se había estirado a su derecha. Fue un jarro de agua fría para los babazorros, que no pudieron levantar el ánimo durante todo el partido.Fue uno de esos goles que hunden a un equipo que se encuentra sin poder levantar la cabeza. Se puede hablar de mala suerte, porque así fue la acción que terminó siendo el más decisivo, el que cambió el rumbo del encuentro. Pero también fue extraña la falta de reacción de un Alavés que sigue jugando sin un destino claro. Cuando Bojan o Munir tocaban el esférico si vislumbraba un poco el norte, pero los gasteiztarras no pueden depender de solo dos jugadores.

El paso por los vestuarios se presagiaba esperanzador. Era hora de engrasar la maquinaria. Pero no funcionó. La escuadra vitoriana no apareció durante toda la segunda mitad. Es más, en la primera jugada del Villarreal, el submarino amarillo volvió a encontrar portería, aunque el asistente acertó en anular el cabezazo de Rodrigo. Zubeldía respiró aliviado porque el marcador seguía siendo ajustado. Hasta el minuto 52, en la tercera jugada de ataque de los de Escribá. Una acción que terminó reflejando las carencias defensivas de los alaveses. Bacca envió en profundidad a Trigueros, éste encontró a Castillejo con un centro raso. El extremo se permitió recortar en el mismo punto de penalti para luego terminar con un chut. Y aunque Pacheco lo tocó ligeramente, apareció el propio Bacca –el que inicio la jugada– para remachar a la red, ante la pasividad de los babazorros que fueron incapaces tanto de cortar la jugada como para luego reaccionar ante la parada del guardameta. 

 

Sin alma y desparecido

Zubeldía reaccionó moviendo el banquillo y dando entrada a Romero en sustitución de un Wakaso que ayer no desentonó en demasía. Medrán pasó entonces a ser un mediocampista más. Sin embargo, no mejoró el Glorioso, ni en las jugadas de estrategia consiguió rematar a puerta. Y ya el tercer gol, obra de Bakambu, acabó por hundir completamente a la escuadra albiazul. Castillejo envió un balón en profundidad para el ariete africano que superó a Pacheco con un buen disparo cruzado. 

Era el minuto 62 y ya el Alavés estaba deseando que el colegiado aragonés Jaime Latre pitase en final del partido. Pero aún quedaba tiempo para que el Villarreal rondase el cuarto gol. Por ejemplo en un disparo de Castillejo que se estrelló en el travesaño.

Por parte de los locales, en un ejercicio de impotencia, Romero decidió probar con un disparo desde fuera del área que se marchó desviado, siendo esa acción la más destacada en ataque, porque ni los centros de Vigaray ni de Pedraza llegaban a buen puerto.

En conclusión, lo mejor del partido fue la afición alavesista que, a pesar de ver a su equipo sin alma, no cesó en sus ánimos. El mejor aliado puede ser su público, por ello el partido del miércoles se presenta vital para mejorar los ánimos. Porque el próximo rival en visitar Mendizorrotza es el Real Madrid.

 

El técnico no temía por su puesto

Horas antes de ser sustituido, Luis Zubeldía compareció en rueda de prensa con un rostro serio y se mostró bastante crítico con la imagen que ofreció su equipo en la segunda mitad, a la vez que definió la derrota como un golpe duro. Lo que no se esperaba era su destitución, según sus declaraciones. El técnico argentino no se planteaba si su puesto estaba en juego o no: «Yo firmé para todo el año y quiero hacer lo mejor para el equipo». Además, expresó que «el analisis del partido no da para mucho y el 0-3 es poco saludable para el equipo» y se planteaba la opción de modificar la línea defensiva para el próximo partido. «La sensación es de inestabilidad, por lo que o meto cambios o jugamos con un hombre más para ser más sólidos», concluyó la que sería su última rueda de prensa como entrenador del Deportivo Alavés.

Hacia las seis de la tarde de ayer, sin embargo, el club publicaba una escueta nota en la que argumentaba que la decisión había sido tomada por los malos resultados registrados en el arranque liguero, a la vez que agradecían al técnico de La Pampa sus prestaciones ofrecidas hasta la fecha y le deseaban suerte en su futuro profesional.

Así pues, Zubeldía se convierte en el primer entrenador destituido de la temporada 2017-2018 y su lugar lo ocupará, de momento, Javier Cabello. El club ya trabaja para buscar el que será el nuevo técnico del Glorioso.   A.U.A