BARCELONA 6

EIBAR 1

En su cuarta temporada en Primera, el Eibar empieza a asentar costumbres. Buenas la mayoría, contra su voluntad las menos. Ayer le tocó insistir con una de las segundas, que le condenó a salir derrotado del Camp Nou. De forma contundente, tras un partido que empezó bien y acabó con goleada.

Al Barcelona, en realidad, le había bastado el primer tiempo para sentenciar. No le vino mal la escrupulosidad de Hernández Hernández que, lejos de cortarse tras su exhibición de la temporada pasada, concedió un penalti a los catalanes de manera excesivamente rigurosa. Eso como mínimo.

Corría el minuto veinte y era la primera llegada del Barcelona al área, lo que da buena cuenta del buen arranque que estaba protagonizando el Eibar, con su portero bien protegido y rozando la sorpresa con Inui y, sobre todo, Enrich, que no acertó a resolver su mano a mano con Ter Stegen a los tres de partido.

El disgusto no bastó para descorazonar a un equipo que se había plantado en el Camp Nou con novedades –Arbilla, Juncá y Escalante sustituyeron a Bebé, Cote y Kike en el once, con trivote y Enrich como único delantero– y muy buenas intenciones. Pero se veía, por lógica y por las experiencias previas, que era cuestión de tiempo. Y, efectivamente, poco antes del descanso llegó el segundo, con un cabezazo imparable de Paulinho.

Con todo decidido, mejor si el partido hubiera acabado con el descanso. Porque a la vuelta de vestuarios, y aunque fue capaz de marcar el gol de la honrilla y generar otro par de buenas ocasiones, el Eibar se desinfló y, sobre todo, Messi sacó su fusil. Metralleta, más bien, que convirtió una cómoda victoria en goleada en menos de diez minutos: primero remató para que Dmitrovic –que evitó una goleada mayor– rechazara en corto y Denis Suárez marcara y después anotó otros tres goles marca de la casa, el último y sexto tras asistencia de Aleix Vidal.