Beñat ZALDUA

El juzgado mágico en el que toda causa contra el independentismo tiene cabida

El juzgado de instrucción número 13 es la trinchera desde la que parte la estrategia represora contra el 1-O, a través de una investigación que la defensa califica de «causa general contra el independentismo»

El día que se levante el secreto de sumario, fliparemos». Son palabras de fuentes de la defensa de uno de los altos cargos detenidos el miércoles acerca de la causa abierta en el juzgado de instrucción número de 13 de Barcelona. Una investigación que no dudan en calificar de «causa general contra el independentismo» y que ayer dio pie a la orden de detener a altos cargos del Govern y registrar sedes de la Generalitat.

Los antecedentes del juez que la instruye, Juan Antonio Ramírez Sunyer –un señor de 70 años que pidió una prórroga para no jubilarse–, ejercen de aviso. Por ejemplo, en 2004 mandó a la cárcel a dos jóvenes acusados de atacar una comisaría. Fueron absueltos y el Estado tuvo que pagarles una indemnización. Hace apenas tres años, durante los disturbios que siguieron al intento de desalojo de Can Vies, también envió a prisión por la vía rápida a un casteller que fue igualmente absuelto posteriormente. Otra de sus actuaciones estelares fue la admisión a trámite de la denuncia contra la pitada al himno español durante la final de la Copa del Rey de 2015, entre el Barça y el Athletic.

La historia de la investigación actual arranca en febrero, cuando Ramírez aceptó a trámite la querella de Vox contra el exjuez y entonces senador de ERC Santiago Vidal, que en una conferencia aseguró que el Govern ya había conseguido, ilegalmente, el censo electoral. La investigación arrancó por un supuesto delito de revelación de secretos, pero Vox rápidamente introdujo la desobediencia, la prevaricación, la malversación y la sedición. Aunque a priori no era más que la investigación de una conferencia, el juez decretó el secreto de sumario.

Bajo el capote de ese secreto, juez y Guardia Civil han protagonizado algunas de las actuaciones más extravagantes del verano, como la entrada en el Teatre Nacional de Catalana tras la presentación de la Ley del Referéndum. También citaron a cargos del Govern y a personas del Pacto Nacional por el Referéndum (acordado), que entraron como testigos y salieron como imputados. Y sin embargo, oficialmente, no investigaba nada relacionado con el referéndum. Así lo oficializó al rechazar la personación de la CUP.

Luego, qué sorpresas, las detenciones y los registros de anteayer, según este juez, están motivadas por la implicación de los afectados «en los preparativos del referéndum». «Es una estrategia de desinformación y de suspensión de las garantías más básicas», denuncian desde la defensa de los detenidos, que aseguran que «ni el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya sabe qué hace ese juzgado». De hecho, no está nada claro que Ramírez pueda instruir la causa contra el referéndum, dado que el TSJC –órgano superior– ya investiga el 1-O tras admitir a trámite las querellas de la Fiscalía contra el Govern. El problema es que la semana pasada se había rechazado una operación así.

Otra vuelta de tuerca: la Fiscalía tampoco conocía, al menos oficialmente, la operación de ayer, que el juez encargó directamente a la Guardia Civil. Claro que el Ministerio Público tampoco se opuso una vez puesta en marcha. «Es un escándalo», insisten las mismas fuentes, que ayer a la mañana todavía ni sabían qué imputaciones pesan sobre sus defendidos.

La lista de actuaciones irregulares es más larga: desde la maniobra para asegurarse el control de la operación –el juez de guardia se puso oportunamente enfermo– hasta las horas que tardaron en resolver los habeas corpus, pasando por la falta de comunicación a los abogados sobre dónde estaban los detenidos –muchos registros empezaron sin los letrados–. Otra más: la defensa pidió en julio el levantamiento del secreto de sumario. En catalán. El juez envió la petición al servicio de traducción y, dos meses después, ahí sigue estancado todo, bajo la maraña del secreto de sumario.

«Su única obsesión es que no se vote el 1-O, todo lo demás no les importa. No hay miramientos mientras consigan ese objetivo estratégico», denuncian fuentes de la defensa.