H ace un par de años este tercer largometraje del danés Tobias Lindholm fue seleccionado por su país para optar al Óscar de Mejor Película de Habla No Inglesa. Está claro que a este autor le interesan los conflictos internacionales, que reclaman la intervención de países como el suyo. En su anterior “Secuestro” (2012) se ocupó del ataque a un carguero danés por parte de piratas somalíes. Y en su última propuesta nos lleva a Afganistán, con el envío de más tropas de la OTAN, que en lugar de contribuir a la progresiva retirada tal como se anunció, se prestan a una contraofensiva que utiliza el rearme talibán y la amenaza yihadista como pretexto.

El problema de los daños colaterales y sus consecuencias morales es abordado de forma diferente a como lo viene haciendo Hollywood, porque en “A War” se confronta la conciencia personal del protagonista con los falsos códigos de conducta oficiales. Este comandante del ejército danés se verá implicado en un juicio por crimen de guerra, a cuenta de la muerte de civiles durante un incidente militar. Todo se precipita en la segunda parte del relato, pero antes hay una atenta descripción de la vida de un hombre que pasa mucho tiempo fuera de su casa, dejando a su mujer al cuidado en solitario de los tres hijos. La disciplina es para los demás, pero también le afecta a él.