Gloria LATASA
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Otoño 2017

Tal y como decíamos hace unos días, la estación del año en la que empezamos a olvidarnos del sol, del calor y de la luz del verano comienza para los meteorólogos el primer día de setiembre. Sin embargo, no será hasta esta noche –a las 22 horas y 2 minutos hora peninsular– cuando le demos la bienvenida «oficial».

Normalmente este suele ser el momento en el que empezamos a preocuparnos por lo que nos deparará la nueva estación. Para ello tenemos que echar mano de las previsiones estacionales. Unas previsiones realizadas con modelos (simulación informática) planetarios, similares a los de las previsiones «normales», que incorporan datos sobre el estado de los océanos.

Con todo, lo único que nos ofrecen son tendencias sobre los posibles escenarios que se pueden dar a lo largo de la estación (1 de septiembre-30 de noviembre) en lo que respecta a las temperaturas y a las precipitaciones. Si estarán dentro de los rangos «normales» o si podrían sorprendernos siendo más altas o más bajas de lo habitual.

En el caso de Aemet, para un período de referencia 1981-2010, los modelos muestran una mayor probabilidad de que las temperaturas sean superiores a lo normal en la Península, Baleares y Canarias (algo menor en el cuadrante NW peninsular). En el caso de las precipitaciones, por el contrario, y para el mismo territorio, no hay ningún escenario previsto.

Météo France también ve muy probable un escenario con temperaturas superiores a las normales en el suroeste de Europa. En lo que se refiere a las precipitaciones ve, igualmente, pocas señales sobre cuál puede ser el escenario durante estos meses.

El otoño, según dichas previsiones, estaría marcado por la persistencia de situaciones anticiclónicas que aportarían estabilidad. Sin embargo, también hay expertos en la materia que vaticinan un otoño inestable, lluvioso y con importantes temporales, basándose en la posición ondulada del Jet Stream (corriente de aire en altura) y las fases negativas de la NAO y la AO (Oscilaciones de presión en el Atlántico y Ártico).