Amparo LASHERAS
Periodista

A veces suceden cosas

Si hace cinco años me hubieran dicho que Catalunya estaría donde está hoy, a las puertas de la autodeterminación y la independencia, en movilización permanente y con unas instituciones desobedientes al Estado español, hubiera contestado que ¡imposible! Pero me hubiera equivocado igual que lo hacen las encuestas políticas. Suele ocurrir que, sin darnos cuenta, empiezan a suceder cosas, aquí y allá, pequeños movimientos que sin ruido mediático consiguen que el pueblo tome conciencia para ser el sujeto político del cambio que necesitan y desean. En Catalunya, esa acción popular, cercana y de clase, tan menospreciada por la alta política, creo que ha sido determinante para que hoy veamos sonreír al pueblo catalán mientras avanza. En el año 2013 el historiador catalán J. Fontana lo explicó con claridad: «los movimientos revolucionarios de la historia se han producido cuando nadie los esperaba y donde nadie los esperaba». Y añadió que a pesar de la dureza con que el sistema reprime las protestas, «pequeñas causas imprevistas han iniciado en alguna parte, un fuego que acabará finalmente extendiéndose a un entorno en que muchos malestares sumados favorecerán su propagación». El 2 de octubre debería ser el primer día de otro tiempo para todos los pueblos y trabajadores que sueñan con su propia república independiente.