Miren SÁENZ
OTRAS SECCIONES

DE LOS CLAROSCUROS DE GARCÍA-ALIX A LA VIDA CON LO JUSTO

NO SOLO DE PERLAS Y DE SECCIÓN OFICIAL VIVE ZINEMALDIA, Y EN FIN DE SEMANA TODAVÍA ES MÁS EVIDENTE CON EL LLENAZO DE LAS OTRAS SALAS DESDE PRIMERA HORA DE LA MAñANA. LAS CONFESIONES SIN FILTRO DE GARCÍA-ALIX COMPARTIERON PÚBLICO CON UNA NIñA INDIA QUE DESEA MÁS QUE NADA TOCAR LA GUITARRA. Y ARRANCÓ LA SECCIÓN MÁS AVENTURERA.

Alberto García-Alix tuvo ayer una presencia constante en la segunda jornada de Zinemaldia como consecuencia directa del documental “La línea de la sombra”, realizado por Nicolás Combarro y que compite por el premio de Nuevos Directores. Además de asomarse a la pantalla en la sección correspondiente, el Museo San Telmo proyectó “De donde no se vuelve”, cortometraje que García-Alix firmó hace unos años.

El fotógrafo, nacido en León en 1956, repasa su vida y se la cuenta a su homólogo Combarro –amigo, colaborador, comisario de sus exposiciones y artista visual– pero sobre todo al espectador, mirándole fijamente a los ojos, con esa voz ronca que le caracteriza y recuperando historias de lo que el denomina su «underground», algunas conocidas, y todas sin filtro.

García-Alix habla de sus adicciones, de la época en la que la heroína y otras sustancias eran su forma de vida, de las consecuencias, de sus enfermedades, de sus muertos, de la foto o las fotos que nunca pudo hacer, de su pasión por las motos, de caer y levantarse, sin arrepentimiento, con poesía.

Por supuesto que es un film en blanco y negro, tratándose de García-Alix no podía ser de otra manera, como sus imágenes que aparecen constantemente certificando sus palabras, su manera de trabajar, su arte.

También a Nuevos Directores, aunque sea su segunda película, ha llegado “Village Rockstars”, la historia de Dhunu –una niña de diez años que quiere tener una guitarra– y de su entorno en una aldea del norte de India en la que consiguen sonreír pese al trabajo duro y las inundaciones. Rima Das ha escrito, dirigido y producido una película que habla de las carencias de esos niños, «que aunque parece que les falta la educación adecuada saben encontrar la belleza en lo poco que tienen y soñar con las cosas que no tienen», mencionó ayer en la presentación vestida con un hermoso sari.

Realizada sin subvenciones, la directora hindú que vive en Bombay invirtió 150 días en tres años para rodar en su pueblo Assam esta cinta cuyos títulos de crédito están llenos de Das. Solo uno de los actores –en un pequeño papel de sabio– es profesional; el resto son los habitantes de la aldea, y en algunos niños se nota demasiado.

Aventuras reales

Ayer, además, arrancó la quinta edición de Savage Cinema que llega con seis propuestas para esa sección no competitiva que sube a la alta montaña y se sumerge en el mar. Entre el deporte y la aventura: el alpinismo, la escalada y el surf se sitúan en paisajes maravillosos, y por su propia condición, muchas veces extrema o peligrosa, abundan las historias fascinantes protagonizadas por gente singular.

En este apartado ideal para documentales o propuestas biográficas de surfistas y montañeros reales envueltos en hazañas excepcionales, se ha colado la primera película de ficción en la corta vida de esta sección.

Se trata de la película francesa Tout Lá-Haut, realizada por Serge Hazanavicius y protagonizada por Kev Adams, Vincent Eibaz y Bérenice Béjo. La inolvidable protagonista de “The Artist”, la película muda que arrasó en 2011 ganándolo casi todo –incluido el Oscar y el premio del público en Zinemaldia– trabajó entonces bajo las órdenes de su marido Michel Hazanavicius y ahora de su cuñado, un actor con setenta películas y una veintena de obras de teatro en su trayectoria que ahora presenta su primer largo.

A Béjo, que perdió el avión, se le esperaba ayer en Donostia para promocionar esta cinta que se proyectará hoy y mañana y que trata sobre un joven snowboarder que aspira a subir al Everest y descender por el corredor Hornbein. Su encuentro en Chamonix con un veterano del freeride será crucial.