Jon Odriozola
Periodista
JO PUNTUA

El Barça y la independencia

Cuando escribo estas líneas (el miércoles 20 pasado) ignoro si han encarcelado a Puigdemont, que es el deseo del fascio español. El President de la Generalitat ha leído un comunicado –tras los atropellos de la fuerza bruta celtibérica– donde habla de «totalitarismo» del Gobierno español. No le llama «fascismo» porque, al fin y al cabo, pertenecen a la misma clase: la burguesía. Yo, que no tengo esos complejos, lo llamo por su nombre: fascismo.

Un fascismo que está obligando a una burguesía tradicionalmente conservadora como la catalana a sacar a relucir del desván de los recuerdos la memoria de sus ancestros revolucionarios que decapitaron y guillotinaron reyes como las revoluciones inglesa y francesa hace doscientos años. Por ejemplo, algo tan simple y democrático como solicitar opinión en un referéndum. Le escucho a Puigdemont –o a Tardá– y apenas tengo nada (un rojeras como yo) que añadir de tan puritito tarro de las esencias democráticas (burguesas) que exhiben.

Otro oscuro deseo de la oligarquía es ver a los Mossos d'Esquadra levantar las urnas el 1-O (caso de haberlas). El orgasmo carpetovetónico sería sublime pues lanzar a sus «lacayos» –Rufián dixit– dizque instituto armado, sería un «coitus interruptus», pero esto está por ver. La batalla por los Mossos la libran ambas burguesías enfrentadas: «unos nos echan mierda y otros flores», dijo el Major Trapero.

Y ahora la coda que responde un poco al título en clave joco-seria. Esculcan los diputados catalanes abandonar sus escaños en las Cortes españolas ante tanta humillación. El F.C. Barcelona se pronuncia, porque no se impida el derecho a decidir del pueblo catalán. Pues bien, se me ocurre que la sola declaración del Barça anunciando que se va de la Liga española de fútbol tendría una resonancia y repercusión internacional y práctica mil veces mayor que la renuncia de sus señorías que nadie conoce.

No pasará esto (al revés, se ríen de un Barcelona jugando la Liga catalana con el Mollerusa en una Catalunya independiente, como pitan a Piqué), pero tendría su aquel, ¿no creen?