Joseba VIVANCO
Athletic

Muniain, rotura de ligamento, deja huérfano al equipo

El capitán se pierde lo que queda de curso. Hay un 70% de probabilidades de romperse el otro cruzado tras una lesión igual como la que sufrió en 2015.

El Athletic está obligado a dar un paso al frente. Técnico, plantilla, entorno. Manel Estiarte, diván de Pep Guardiola, sostenía que para poder ganar «a veces necesitas sufrir una derrota dura y sangrar. Porque la sangre te hace reaccionar». Este Athletic se desangra por casi todos sus costuras, sobre todo tras conocerse que la lesión de su mejor jugador a día de hoy ha tenido el peor diagnóstico posible. Por eso toca reaccionar. Y pocas dudas caben de que este vestuario sabrá cómo hacerlo, porque lo mismo que en los últimos años se habituó –como su afición– a la buena vida y a surfear en lo alto de la ola, estos tortazos en forma de derrotas o graves lesiones como la de su capitán se encaran con un valor intrínseco de este equipo del que otros carecen, como es su espíritu de lucha, ese que no en pocas ocasiones ha sacado a relucir.

Iker Muniain se perderá lo que resta de temporada. Incluso dice adiós a las posibilidades, pocas o muchas de seguir al nivel que estaba, de acudir de la mano de Julen Lopetegi al Mundial de Rusia de 2018, que seguro era algo que incluso rondaba su cabeza. Rotura de ligamento cruzado de su rodilla derecha. En abril de 2015 se rompió la izquierda en el Sánchez Pizjuán, cuando mejor fútbol desplegaba. 260 días después regresó a un terreno de juego. Ocho meses más tarde. Esta vez puede ser hasta más tiempo, porque las estadísticas mundiales sobre lesiones revelan que cuanto más alargues los plazos de recuperación menores posibilidades de que te vuelva a suceder.

Hoy día se estima que existe un 70% de posibilidades de que tras una rotura de este tipo la otra rodilla sufra una lesión similar. Ahí están ejemplos como los de Asenjo, Canales... Incluso los últimos estudios apuntan a que el tiempo de recuperación idóneo sería de al menos un año, ya que por cada mes que se alargue la rehabilitación las probabilidades de recaer bajan un 15%. Es muy posible que ocho meses fueran poco y hasta el propio Muniain sería conocedor de esa alta posibilidad de volver a romperse otra vez. No es mala suerte. Es pura estadística. Incluso se suelen producir en el momento más álgido del jugador. Como ha sido su caso.