GARA
Athletic

Casos recientes de malos inicios y finales felices

Tanto en la 2014-15 como en la 2015-16 tenía menos puntos y acabó clasificándose para jugar en Europa.

Quizás mal acostumbrado por las últimas temporadas exitosas del equipo, el entorno del Athletic vive con preocupación los más recientes malos resultados y el titubeante inicio competitivo que la escuadra rojiblanca está firmando de la mano de José Ángel Ziganda. Por contra, habría que recordarle al aficionado que el conjunto vizcaino no se ha caracterizado precisamente en su historia más cercana por tener comienzos fulgurantes, sino más bien al contrario.

Como muestra, un par de botones. Y bien recientes, por cierto. En la 2014-15, la que el Athletic disputó la fase de grupos de la Champions, los entonces dirigidos por Ernesto Valverde –segundo ejercicio de su segunda etapa– sumaron hasta cinco derrotas en siete jornadas. El bagaje parcial de aquel momento brindaba unos raquíticos cuatro puntos que hacían presagiar que podían darse problemas en un futuro.

Sin embargo, el equipo se recompuso con la entrada del nuevo año y cuando dejó de disputar competiciones europeas hasta firmar una meritoria séptima plaza que le permitió repetir en la Europa League.

Algo mejor le fue en los primeros compases del ejercicio siguiente, la 2015-16, aunque con un recorrido muy similar al actual. Tantos puntos sumaba el Athletic como partidos había disputado, siete. Apenas dos victorias ante Getafe y Valencia sostenían a un cuadro que también se había visto obligado a iniciar muy pronto su calendario competitivo.

A la postre, se alcanzó el quinto puesto que permitía repetir torneo continental, un precedente que ahora debe servir para no caer en el nerviosismo.

De Marcos sigue purgando por su tobillo

Parecía que ya la semana pasada estaba recuperado cuando volvió a entrenar con el grupo a la vez que Mikel Rico, pero el tobillo izquierdo de Óscar de Marcos sigue dándole más problemas de los que cabía esperar. El lateral de Guardia volvió ayer a ejercitarse en solitario junto a Yeray, después de que dicha articulación le haya mantenido cinco semanas en el dique seco.

El esguince de grado II –tipo moderado– no termina de sanar del todo y, como ya reconoció su técnico, Kuko Ziganda, en la previa ante el Valencia, el futbolista «no se siente cómodo». Lo habitual es que una dolencia de este tipo no se prolongue más allá de las tres o cuatro semanas, pero no todos los jugadores recuperan de la misma manera ni responden igual a idénticos tratamientos.

Ahora lo que se confía desde el club es que la semana de parón liguero le pueda venir que ni pintada a De Marcos, de cara a que el alavés esté disponible para la exigente visita del Sevilla. GARA