Jon ORMAZABAL
Pelota

Las piernas de Aimar Olaizola siguen persiguiendo la eternidad

El de Goizueta volvió a comenzar la liguilla de cuartos con triunfo ante OinatzBengoetxea tras un duro partido con altibajos y jugado a rachas por ambos.

BENGOETXEA VI 18

OLAIZOLA II 22


A pesar de que su palmarés ya no engorde a la velocidad que solía, Aimar Olaizola demostró ayer que sigue estando entre ese cada vez más amplio abanico de candidatos a todo y que, mientras esas piernas y ese fondo suyo sigan corriendo en pos de la eternidad, será un pelotari muy a tener en cuenta, especialmente en el Cuatro y Medio, su modalidad fetiche. El de Goizueta mantuvo la sana tradición de los últimos tres años de comenzar la liguilla de cuartos superando a Oinatz Bengoetxea en el Labrit, por mucho que en este el de Leitza vistiera de rojo y defendiera el título de la jaula.

Y también se repitió en gran parte el guión del año pasado, que nos invitaba a prever un duelo igualado y peloteado, aunque el comienzo se le pareció más al de 2015, cuando el de Goizueta se impuso 22-5. Y es que, en menos de 100 pelotazos, Olaizola II había sido capaz de dar un golpe que parecía definitivo al campeón al adelantarse 3-11 en un abrir y cerrar de ojos. El más veterano de los dos ganó el centro de la cancha gracias a su saque-remate y Oinatz Bengoetxea no encontraba la manera de pasar a dominar un solo tanto, ofreciendo señales de que podía andar falto de chispa tras un verano intenso en el que terminó con problemas en los pies.

Sin embargo, casi a la misma velocidad, fue él mismo el que despejó esas dudas con una reacción digna de un campeón. Un gran gancho encajado en la escuadra entre el frontis y las tablas del ancho del Labrit le valió el cuarto tanto y fue como si toda esa inspiración de cuya falta había adolecido al comienzo del partido le llegó de golpe. Arriesgando con su saque, poniéndolo largo y alternando el txoko y el ancho, el de Leitza fue capaz de ir minando la diferencia, mientras que los endiablados efectos que da a la pelota hicieron el resto para devolver el equilibrio al marcador en el once iguales, tras una gran dejada en la pared.

Equilibrio

Y tras esas dos enormes tacadas por ambos lados, el partido pasó a equilibrarse e igualarse, porque Aimar Olaizola tampoco dejó engullirse por la ola que esta vez parecía venirle en contra. La clase, por mucho que pueda pulirse o perfeccionarse, se tiene o no se tiene, y la zurda del de Goizueta nunca dejará de ser una de las más letales de la historia de este deporte, lo que le permitía aprovechar cada mínima opción que se le presentaba. El físico, sin embargo, no es perenne, pero el de Olaizola II, a sus casi 38 años, parece no tener fecha de caducidad.

Con una inercia más favorable, Bengoetxea VI logró efímeras rentas, importantes a esas alturas de partido en el 16-14 y el 18-16, pero el partido se había endurecido horrores, el esfuerzo parecía comenzar a pasar factura y, una vez más, Olaizola II dio la impresión de llegar más entero. Porque el tanto que le valió el empate a 18, el último del partido, con una defensa infranqueable y finiquitado con una dejada en el txoko, está fuera del alcance del 80% de los pelotaris, pero es que el porcentaje se limita a su mínima expresión a esas alturas del partido, con más de 200 pelotazos cruzados a esa velocidad.

Acciones como esa dejaron sin respuesta a un Oinatz Bengoetxea que se fue para casa con la sensación de que podía haber hecho más en un partido que ni comenzó ni terminó bien, pero es lo que tiene jugar contra Olaizola II, y el año pasado tampoco le fue luego tan mal.

Ezkurdia y Artola abren el B en Altsasu

El Cuatro y Medio se desplaza hoy hasta el Burunda de Altsasu, donde Joseba Ezkurdia e Iñaki Artola, los dos supervivientes del Grupo B de octavos abren la liguilla de cuartos de final. En principio, la experiencia, el mayor tiempo de descanso –jugó casi tres días antes– tras su último compromiso y el hecho de jugar en casa parecen favorecer a Joseba Ezkurdia, pero el de Alegia se quitó un buen peso de encima tras dejar fuera a Laso en un partido muy complicado y, una vez habiendo soltado esa mochila, el guipuzcoano jugará con esa soltura de no tener nada que perder.

Ezkurdia lo tuvo algo más fácil ante Mendizabal III en el Labrit y, sobre todo en la segunda parte, mostró un buen nivel de juego que le debe servir para creer que puede, por fin, dar ese salto definitivo que le acerque a la elite. Los dos son pelotaris a los que gusta imprimir un fuerte ritmo al partido, por lo que aparte del acierto, el físico puede tener mucho que decir.J.O.