Los expertos han tenido dificultades hasta ahora para definir la política exterior del presidente estadounidense, Donald Trump, alegando incoherencia y agresividad en sus palabras y actos. Pero su discurso de setiembre ante la Asamblea General de la ONU, en el que defendió la soberanía de EEUU, y su decisión del viernes de no certificar el acuerdo nuclear iraní parecen confirmar una tendencia perfilada desde que llegó a la Casa Blanca.

«La política exterior de Trump ya tiene nombre: la Doctrina de la Retirada», resume el presidente del centro de investigación Council on Foreign Relations, Richard Haass.

El pacto iraní engrosa la larga lista de acuerdos y organizaciones internacionales que EEUU ha abandonado o amenazado con hacerlo: el Acuerdo de Asociación Transpacífico, el Acuerdo de París sobre el clima, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la Unesco.

Miembros del Gobierno de Barack Obama pusieron el grito en el cielo, aunque también exdiplomáticos que trabajaron para el de George W. Bush manifestaron públicamente sus dudas ante este giro estratégico.

«De nuevo Trump pone en duda la capacidad de EEUU de mantener sus compromisos», apunta Ben Rhodes, consejero adjunto de Seguridad Nacional de Obama, que denuncia «una violación del acuerdo» alcanzado en 2015 para impedir que Irán logre la bomba atómica. «Otros países no querrán llegar a acuerdos con EEUU porque pensarán que no cumplimos nuestra palabra», dice.

Además de no certificar el pacto nuclear, Trump dejó caer la amenaza de abandonarlo. De cumplirla, la posición de Washington se debilitaría y le aislaría de sus aliados europeos, además de reforzar a Irán, Rusia y China, advierte Wendy Sherman, principal negociadora estadounidense del texto.

El exsecretario de Estado John Kerry, negociador clave del acuerdo, calificó la decisión de Trump de «imprudente abandono de los hechos en favor del ego y la ideología». «El presidente –agregó– nos debilita, nos aísla de nuestros aliados, empodera a los iraníes de línea dura, hace más difícil resolver (la crisis) con Corea del Norte y nos acerca a un conflicto militar».

«Ego e ideología»

Nicholas Burns, profesor de la Universidad de Harvard, lamenta estos «errores históricos» y que el país «abandone su papel de líder mundial con Trump».

Al igual que ocurrió con el Acuerdo de París sobre el clima, los países europeos han hecho un frente común para defender el pacto iraní. Berlín, Londres y París reafirmaron su compromiso con el pacto nuclear y la jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini, reiteró que Trump «no tiene» el poder de ponerle fin unilateralmente. El ministro alemán de Exteriores, Sigmar Gabriel, alertó de que la posición «compleja y peligrosa» sobre Irán de Trump coloca a Europa ante el «peligro de una guerra relativamente cercana» y alertó de las consecuencias de abandonar el acuerdo con Irán.

El canciller iraní, Javad Zarif, quien negoció su firma, dijo que el accionar de Trump causará un gran daño a la credibilidad de EEUU. «Nadie más confiará en el Gobierno de EEUU en una negociación a largo plazo, porque cualquier compromiso durará lo que reste del mandato de su presidente», sostuvo.

El presidente de Irán, Hassan Rohani, confió en que la UE juegue «un papel constructivo» para salvaguardar el acuerdo de los «movimientos erróneos» de EEUU «perjudiciales para la paz» y «aproveche las oportunidades de colaboración».

El portavoz de las Fuerzas Armadas iraníes, Masud Yazayeri, aseguró que seguirán desarrollando y mejorando «ininterrumpidamente» su capacidad defensiva «para hacer frente al régimen corrupto de EEUU» y seguirán apoyando a los oprimidos en todo el mundo, no solo en Oriente Medio, subrayó.