En el programa “Los conciertos de la 2”, ayer sábado, la televisión pública española ha tenido a bien el ofrecernos hora y media de música militar. La orquesta compuesta por milicos ejecutaba las obras al tiempo que una enorme rojigualda proyectada en una pantalla de considerables dimensiones ondeaba sin descanso. El público asistente presentaba cierta homogeneidad: ellas lucían cabello rubio, nada suelto, con vistosas mechas; ellos, unos de uniforme, otros de paisano y muchos luciendo estilizado bigotillo alejado tanto de nariz como de labio superior. Había quien bostezaba e incluso dormía entre aplauso y aplauso. Uno de los momentos más festejados, cuando el tenor se arrancó con lo de «Fiel espada triunfadora que ahora brillas en mi mano». El canto de la espada de “El Huésped del Sevillano”. La zarzuela un género que España ha aportado al mundo. El mundo desde entonces mucho más feliz. Siguieron marchas militares y pasodobles varios. La soprano comenzó «De España vengo, soy española… de España soy y mi cara serrana lo va diciendo…yo he nacido en España por donde voy». La zarzuela, género chico, sí, pero semánticamente inabarcable. El éxtasis llegó con el pasodoble «Banderita tú eres roja, banderita tú eres gualda…» que el público acompañó con palmas y coreando el estribillo.

Para finalizar, el himno de España en posición de firmes ellos y con la mano derecha en el corazón alguna de ellas. Al terminar repetidos Viva España. El siguiente programa de la 2, la tele de los intelectuales: “También entre los pucheros anda el Señor”.

Decía un vetusto Vargas Llosa que el nacionalismo es una pasión destructiva y feroz cuando la mueve el fanatismo. Lo afirmaba ante un mar de banderas monárquicas de lo que algunos llaman Reino de España. Oficiando de monaguillos nativos un Borrell exultante porque cree que alguien le hace caso y Albiol, el azote de infieles invasores.

Si no es fascismo, se asemeja bastante.