Iraia OIARZABAL
DÍAS CRUCIALES EN EL PROCESO CATALÁN

Puigdemont encara el ultimátum de Rajoy apelando a la firmeza

El acto de homenaje a Lluís Companys, president de la Generalitat fusilado por el franquismo en 1940, sirvió para que Carles Puigdemont defendiera valores como la firmeza y la democracia ante los próximos pasos en el proceso catalán. A las 10.00 termina el plazo de Rajoy para que responda a su requerimiento antes de aplicar el artículo 155.

Tras varios días a la sombra el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, reapareció ayer públicamente en unas horas en las que todos los focos están puestos en las decisiones que pueda tomar. Y lo hizo en un acto cargado de simbolismo teniendo en cuenta el contexto político en Catalunya, en el que se juega el devenir del proceso hacia la independencia. El lugar elegido fue el homenaje a Lluís Companys, president fusilado por el franquismo en 1940, seis años después de que proclamara el Estado catalán dentro de una República confederal estatal, aunque aquello solo durara unas horas.

Como era de esperar, Puigdemont no adelantó cuál será su respuesta al requerimiento del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, antes de aplicar el artículo 155 de la Constitución española. El president aprovechó los paralelismos entre el momento histórico rememorado ayer ante el mausoleo de Companys para evocar sus valores y denunciar el déficit democrático del Estado español. Cabe recordar que el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, declaraba esta semana que Puigdemont podría acabar como Companys si declaraba la independencia.

En el acto de ayer, Puigdemont –que acudió junto al vicepresident, Oriol Junqueras, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau– abogó por recuperar la actitud de Companys en unas «horas difíciles y esperanzadas». La tensión es notoria en las horas previas a la respuesta al ultimátum de Rajoy, con división de opiniones dentro de las filas soberanistas, que intentan llegar a un punto común. A la espera de ver en qué se materializa, Puigdemont hizo una nueva llamada a la calma y la confianza: «Queremos reiterar nuestro compromiso con la paz, el civismo, la serenidad y también con la firmeza y la democracia como inspiradores de las decisiones que tenemos que tomar», expresó.

De 1940 a 2017

El discurso del Puigdemont, marcado por el reconocimiento al legado de Companys, fue especialmente crítico con el PP. «El partido que gobierna España sigue banalizando aquel crimen –en referencia al fusilamiento de Companys–, mientras elige como compañeros de manifestación a aquellos que levantan el brazo fascista con total impunidad», denunció.

También reprochó al Estado español que 77 años después de su fusilamiento la figura de Companys aún no ha recibido «el trato digno que se merece, cuando se supone que el orden y la legalidad que permitieron aquella ejecución ya han cambiado». Puigdemont, cuyas palabras bien podrían definir la situación que Catalunya vive ahora, destacó que Companys «fue víctima de un combate muy desigual entre la legitimidad y la dignidad democráticas y la legitimidad y la bajeza del fascismo, amparado en la fuerza del Estado».

Volviendo a 2017, hizo un llamamiento al pueblo catalán a demostrar «contra la violencia, civismo; contra las amenazas y el miedo, esperanza; contra los provocadores, serenidad; contra los insultos, respeto; contra la indignidad de algunos políticos que calumnian nuestra escuela, la dignidad de nuestros maestros; y contra los que quieren poner la economía al servicio de los intereses políticos, la determinación de nuestras pequeñas y medianas empresas y de nuestros trabajadores de construir un país de libre competencia y donde pese más el valor del voto que el valor de la Bolsa».

Cumplir el mandato

Oriol Junqueras también hizo referencia a la historia para destacar la lección de Companys y su generación. «Es iRmprescindible se firme con los compromisos y cumplir con los mandatos democráticos que los ciudadanos dan», declaró el vicepresident. En referencia a la continua llamada al diálogo y la mediación por parte del Govern, destacó que también entonces se buscaba «la máxima voluntad de entendimiento y de diálogo con el mundo».

Forcadell, por su parte, confió en que la ciudadanía mantendrá el pulso y destacó que Catalunya siempre ha vencido los momentos difíciles junto al pueblo. «Continuaremos avanzando gracias al empuje y la fuerza de su gente», sostuvo.

Está por ver qué ocurrirá en las próximas horas, qué respuesta dará Puigdemont y qué movimientos desencadena esta. Entretanto las fuerzas independentistas siguen pronunciándose. Desde la CUP, la parlamentaria Grabriela Serra, incidió en que Puigdemont debe convocar un pleno extraordinario en el que se declare la república. Durante la ofrenda floral a Companys, expresó que «no sabemos cómo acabará Puigdemont, pero podemos asegurar que si debe terminar como Companys primero habrá muchos y muchas más, no estará solo».

El Estado pide un paso atrás

Mientras se resuelve la incógnita sobre los próximos pasos del Govern, el Gobierno español mantiene su discurso amenazante. Ayer fue el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, quien habló ante la previsión de que la respuesta de Puigdemont a Rajoy no sea ni un sí ni un no, sino por ejemplo la remisión de su discurso del martes junto a una reiteración de la oferta de diálogo. Zoido pidió «hechos reales» y no «palabras vacías que suenen bien».

En referencia al discurso de Puigdemont, afirmó que «este fundamento en la paz, firmeza y democracia no puede entenderse si no es dentro del marco legal, que en nuestro caso es la Constitución, el Estado de derecho y la división de poderes».

Un plan económico para la República

Un documento elaborado por el Departamento de Economía, que se hizo público ayer, propone que una eventual República catalana contemple incentivos fiscales para las pymes, además de una reforma del impuesto de sociedades. Según el informe, de 17 páginas, la Hacienda catalana dispondría de 24.000 millones de euros más dado que recaudaría íntegramente todos los impuestos que ahora son estatales, como el IRPF, el IVA o el impuesto de sociedades.

El vicepresident y conseller de Economía, Oriol Junqueras, se refirió así en Catalunya Ràdio al ser preguntado por este documento interno: «Nosotros haremos todo lo que esté a nuestro alcance para hacerlo lo mejor posible. Es lo que hemos hecho hasta ahora». Según el documento, la independencia supone una «oportunidad para mejorar a medio plazo las condiciones de mercado en las que se han movido las empresas hasta el día de hoy». El Govern aclara que estas medidas de política fiscal tendrán en cuenta el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.

El documento también traslada un mensaje de tranquilidad ante el traslado de sedes sociales de empresas, afirmando que no tiene efectos reales relevantes y que es sobre todo un mensaje político. Añade que los depósitos de todas las entidades están plenamente garantizados.GARA