Amaia U. LASAGABASTER
EIBAR

Las buenas intenciones se quedaron cortas

El Eibar prolongó la reacción iniciada la semana pasada a nivel de imagen, con un digno partido en el Bernabéu, pero no pudo reflejarlo esta vez en el marcador, cayendo ante un rival más eficaz que brillante.

REAL MADRID 3

EIBAR 0

 

No, no hubo campanada en el Santiago Bernabéu. Quizá no lo habría sido tanto desde el punto de vista de los madrileños, teniendo en cuenta cómo les está costando sacar los partidos adelante en su estadio esta temporada, pero habría sobrepasado incluso la categoría de sorpresa desde la perspectiva de un Eibar que no acaba de arrancar.

Y eso que el de ayer no fue el peor partido de los azulgranas en este curso tan irregular, ni mucho menos. Saltaron al campo con muy buenas maneras, llegaron a asustar a los locales con sus llegadas al área y pareció que la nueva disposición sobre el verde, que una semana antes le había permitido cortar la hemorragia frente al Deportivo, también podía valerle contra el Real Madrid.

Sólo fue un ratillo, lamentablemente. Porque a los veinte minutos entre Paulo y Sergio Ramos enviaron un córner a las redes y el partido se acabó. No sólo porque intentar lastimar al Real Madrid con el marcador a su favor es misión imposible, o casi, para cualquier equipo; también porque este Eibar no está para gestas.

Le faltó poco, pero de todo. Un poco de intensidad para comprometer más a su rival, un poco más de calma para resolver sus acercamientos al área..., un poco más de confianza, probablemente, para creerse capaz de reescribir su destino. Y fue una pena porque dio la sensación de que un Real Madrid bastante mediocre, que hizo poco más que estar en el lugar apropiado en el momento idóneo, mantener la seriedad defensiva y mostrar su calidad con cuentagotas, habría sufrido ante un Eibar más fino.

Un Eibar que saltó al Bernabéu con el mismo dibujo que una semana antes en Ipurua pero con distintos protagonistas. Cinco cambios, nada menos, introdujo José Luis Mendilibar. Y uno especialmente llamativo: por primera vez en toda la temporada, Christian Rivera partía en el once para sustituir a un Dani García, que también por primera vez, se quedaba fuera de la alineación. Y de la convocatoria –fue el jugador descartado de la lista original de 19–; por una lumbalgia según la versión oficial, aunque es posible que también tuvieran algo que ver las cuatro amarillas del capitán, cuyo concurso se atisba más importante en un encuentro trascendental como el del próximo domingo ante el Levante. Además, Lombán ocupó la vacante del lesionado Ramis, Cote desplazó a Juncá y arriba, otra sorpresa, Charles e Inui sustituyeron a Kike y Enrich.

Esta vez se vio a los eibarreses más cómodos con el dibujo desde el principio. Protegiéndose, sí, pero también estirándose por bandas. Sobre todo por la de Cote, que fue uno de los jugadores más activos del primer tiempo. Pintaba mejor de lo esperado pero la ilusión duró poco más de un cuarto de hora. Los que necesitó el Real Madrid, también con once revolucionario, para rascar dos córners consecutivos y, en el segundo, decantar el marcador con un cabezazo a medias entre Ramos y Paulo.

Tan definitivo como el gol fue el error de Charles, apenas medio minuto después, que desperdició un contragolpe clarísimo de manera inexplicable. Los blancos respondieron como acostumbran, marcando el segundo. Esta vez con un rapidísimo remate de Asensio, que pilló desprevenido a Dmitrovic.

Quedaba una hora por delante pero poca historia que escribir. El Eibar tuvo más balón de lo habitual y, aunque se estiró por momentos, no llegó a inquietar a un rival gris pero cómodo, al que la calidad le permitió convertir a Dmitrovic en uno de los protagonistas del segundo tiempo y, pese a la buena actuación del serbio, sentenciar con el tercero.

 

«Hemos sido un equipo majo pero nos ha faltado fortaleza»

Sin puntos pero con motivos para el optimismo. Así regresa la expedición azulgrana que, tras el punto de la semana pasada y la imagen ofrecida en Madrid, quiere ver el vaso medio lleno.

«Creo que la sensaciones no han sido malas –aseguró José Luis Mendilibar–. Hemos querido jugar, hemos querido tener el balón, hemos llegado bien a zonas de área... Pero ahí también se ve la fortaleza del Madrid, que no sólo es fuerte arriba, también atrás. Hemos jugado, hemos intentado combinar y hacer cosas buenas pero había una barrera ahí». El técnico reconoció que, aún así, el Real Madrid fue capaz de marcar tres goles «y hacer algunas ocasiones más pero ha sido el Real Madrid de los últimos partidos, que sin jugar un gran partido te genera ocasiones».

Un Real Madrid que, además, propició que el Eibar tuviera más balón de lo habitual. Ya lo intuía Mendilibar, que por eso mantuvo el sistema «con bastante gente por dentro» y colocó a Inui por detrás de Charles. «Pero nos ha faltado pisar más el área, rematar centros... No hemos hecho ocasiones, no hemos hecho “uys” que por lo menos asustan al rival. Hemos sido un equipo majo pero nos ha faltado fortaleza», resumió.

Aún así, el técnico zaldibartarra reconoció haber acabado el partido «contento porque no nos han avasallado y porque estamos siendo más equipo que hace dos o tres semanas».A.U.L.

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