Aritz INTXUSTA
DENTRO DE LA MANIFESTACIÓN

MENSAJES SOLIDARIOS CON EL PUEBLO CATALÁN BAJO UN MAR DE PARAGUAS

LA ESPERANZA Y LA PREOCUPACIÓN ERAN LAS IDEAS PRINCIPALES QUE TRANSMITÍAN LOS ASISTENTES A UNA MANIFESTACIÓN PASADA POR AGUA EN FAVOR DEL PUEBLO DE CATALUNYA. LAS ESTELADAS SE IMPUSIERON POR GOLEADA A LAS IKURRIñAS, MIENTRAS LA GENTE SE DIVIDÍA ENTRE COREAR LOS LEMAS DE SIEMPRE Y OTROS IMPORTADOS EN CATALÁN.

Hacía mucho frío y la lluvia iba a más. Por eso, en los corrillos previos al inicio de la manifestación, circulaban bromas amargas sobre dónde estaban los del PNV y se cargaban las tintas contra el lehendakari. Al final, media hora después de que arrancara la cabecera y con gente aún sumándose, empezaron a moverse las filas traseras.

La de ayer fue una manifestación solidaria. Eso se notaba, por ejemplo, en las banderas. Cualquiera de las versiones de la estelada era mucho más numerosa que la ikurriña. Aunque conforme arreciaba el agua, muchas de ellas acabaron enrolladas en sus palos, pues la gente acabó prefiriendo enarbolar un paraguas. Algunos tomaron el camino de medio y extendieron esteladas encima del paraguas.

Lo que llevaba Miren anudado a la espalda era una banderola en favor del sí en el referéndum. «La guardé porque estuve montando guardia en un colegio electoral de un pequeño barrio de Barcelona», recuerda. Esa experiencia le impresionó. «Allá lo tienen claro y están absolutamente seguros del método que están usando, sin violencia», prosigue. A lo largo de la noche en la que custodiaron el colegio, Miren vio pasar varios grupos neonazis unionistas. «Sus amenazas fueron la única violencia que vimos. Hubo suerte y en nuestro colegio no apareció la Policía», remarca.

Erramun y Elisenda se trasladaron desde el norte de Burgos a Bilbo para sumarse a la protesta. Él es vizcaino y ella, catalana. «El problema es España, que es machista y que es violenta», subrayaba Erramun, que echaba en falta más jóvenes. «Eso no es justo –le reprendía su compañera–. La culpa la tenemos nosotros, que nos dormimos en la Transición sabiendo que la bestia aún vivía Ahora se despierta y culpamos a los jóvenes».

«Les va a tocar sufrir más»

La manifestación era tan larga que según de la altura en que se cogiese se cantaban unas consignas u otras. En muchas partes se emulaban los cánticos que se lanzan en Catalunya, donde se corea independencia en tres golpes: «I-Inda-Indepèndecia». Unas filas más allá, se gritaba lo mismo en euskara y sílaba por sílaba, como siempre.

Izaskun, Arantxa y Luisa acudieron a la protesta desde Hernani cada una con su estelada. «Vuelve el franquismo. Venimos para darles fuerza a los catalanes y deseando que tengan más suerte», asegura Luisa. Ninguna de las tres es optimista en el corto plazo. «Les va a tocar sufrir. Han sufrido, pero van a sufrir más», augura Luisa mientras las otras asienten.

Mikel está convencido de que a los catalanes «no les quedaba otra salida que saltarse la ley y crear otra nueva, porque dentro de la española la independencia no tiene cabida». Preguntado sobre por qué los jeltzales se desmarcaron ayer, se ríe. «Esos siempre juegan a dos barajas y no les veo con ganas de abrir un nuevo frente vasco». De lo único que estaba seguro mientras aguantaba el chaparrón en la plaza Zabalburu es de que la de ayer no será la última vez que se moje. «Habrá muchas más movilizaciones. Esto va para largo», asegura.