Agustín GOIKOETXEA
BIlbo

Trabajadores de CEL se quejan de la falta de implicación institucional

Los trabajadores de CEL y el grupo inversor italiano Lucart tienen hasta el miércoles para alcanzar un acuerdo; si no, la principal industria de Enkarterri cerrará. Los afectados asumen que necesitan del apoyo institucional para negociar pero se quejan de que no se lo brindan.

Los trabajadores de CEL volvieron ayer a concentrarse ante la Diputación de Bizkaia y la delegación de Lakua en Bilbo para exigir su implicación, al objeto de lograr una solución satisfactoria a sus intereses, que se concretan en el mantenimiento de los actuales 222 empleos. Se quejan de que los gobiernos foral y autonómico no defiendan su propuesta, favoreciendo así los intereses de Lucart.

Los inversores italianos plantean que el grupo papelero con plantas en Artziniega, Gueñes y Zalla mantenga 145 empleos, lo que supondría perder 80, algunos mediante prejubilaciones, aunque habría 36 «despidos traumáticos». Además, propone un rebaja del 15% al 30% en los salarios, dependiendo de los mismos, a cambio de una inversión de 20 millones de euros en cinco años. Los sindicatos rechazan los despidos y la rebaja salarial, pero son conscientes de que, en caso de no llegar a un acuerdo, se enfrentan a la extinción de todos los contratos y la liquidación de la empresa.

«Tenemos el poder que tenemos para negociar y estamos vendidos totalmente, ya que el grupo inversor sabe que estamos solos y que, si el 22 no hay acuerdo, nos vamos a la calle», comentó Asier Prado, delegado de ELA. «Si nadie por medio de las instituciones nos echa una mano, sería susto o muerte», confesó.

Los trabajadores defienden que como el Gabinete Urkullu no tiene ninguna política industrial para Enkarterri, no asume responsabilidad alguna para rescatar a CEL. «Después de ser accionista casi mayoritario, con el 40% de nuestro grupo, nos ha dejado abandonados desde el minuto uno. No sabemos nada de ellos, no han estado, no están, ni se les espera», subrayó Prado. «Se han solicitado reuniones con Arantza Tapia y con Unai Rementeria: otro no por respuesta; ayer Pradales nos instaba y exigía que llegáramos a un acuerdo con Lucart... No sé qué se pensarán que es lo que estamos haciendo durante todo este tiempo, pero nos parece increíble lo que está pasando», manifestó enfadado.

Los afectados son conscientes de que están en la recta final del concurso y que el administrador «ha puesto la espada de Damocles sobre nuestras cabezas con las fechas». Insistieron en que Lucart tiene una posición privilegiada en la negociación, por eso «se ha movido muy poco». «A ver si en el descuento se mueven un poco las instituciones y podemos conseguir al menos el pleno empleo», señaló.

«A Gobierno Vasco y Diputación se les ha llenado la boca diciendo que ya no pueden hacer nada más... Como a todas las empresas les hayan ayudado como a nosotros, desde luego que flaco favor les han hecho», valoró el representante sindical.