El crecimiento económico rumano, uno de los más dinámicos de la UE, ha registrado una nueva aceleración, más fuerte que la esperada por los analistas, del 2,6% en el tercer trimestre del año, según estimaciones publicadas el martes por el Instituto Nacional de Estadísticas.

Como señala AFP, en términos anuales, el PIB ha conocido un espectacular impulso, del 8,6% en datos corregidos de variaciones estacionarias; es decir, el alza más importante de la UE, según confirma Eurostat. «Muy por encima de las expectativas, esta aceleración ha sido impulsada, muy probablemente, por el consumo», indica un análisis de ING Bank.

El INS también ha elevado al 2% la tasa de crecimiento del segundo trimestre, frente a una evaluación inicial del 1,6%. Esta aceleración también habría sido provocada por la demanda interna, en un contexto de subida de salarios, como señala el Banco Nacional de Rumanía (BNR).

No obstante, a largo plazo, sobre la economía rumana pesa la amenaza de una «ralentización estructural», «principalmente en razón de la penuria de mano de obra» en un país marcado por una fuerte emigración (unos tres millones y medio de personas, un 17% de una población total que ronda los veinte millones) y una demografía a media asta, al igual que ocurre en sus vecinos del Este europeo.

No todos los datos son positivos: el lunes, la moneda local, el leu, alcanzó su mínimo histórico, a casi 4,65 leus por euro. Los analistas consideran que esta bajada está ligada, a las nuevas medidas fiscales, que preocupan al mundo de las finanzas.

El Gobierno socialdemócrata adoptó la semana anterior una reforma fiscal muy controvertida, criticada tanto por la patronal como por los sindicatos, que creen que podría conducir a una reducción de ingresos.