El fiscal general del Estado español, José Manuel Maza, de 66 años, murió ayer tarde en una clínica de Buenos Aires en la que estaba siendo atendido de un proceso de infección, según confirmó el ministro de Justicia, Rafael Catalá. Maza se había sentido indispuesto mientras participaba en la reunión de la Asociación Iberoamericana de Ministerios Públicos (AIAMP), que se celebró allí.

Magistrado de lo Penal del Tribunal Supremo, Maza fue nombrado fiscal general del Estado en 2016 en sustitución de Consuelo Madrigal. Sin embargo, pasará a la historia por el duro perfil mantenido en contra del proceso catalán, impulsando entre otras cosas el encarcelamiento del Govern al presentar una querella por rebelión, delito penado con hasta 30 años de cárcel, y también por sedición.

Ya antes, en una entrevista con la Cadena Cope días antes la celebración del referéndum del 1 de octubre, Maza defendió que «hay miles de ciudadanos catalanes que están abducidos porque les están convenciendo de que no se preocupen, que esto es legal y tiene todas las bendiciones legales. ¡No, no, no! Esto es un delito y es ilegal y deben saberlo todos los ciudadanos que vayan a votar o aporten a ello».

No pudo impedir el 1-0

En sus múltiples maniobras para impedir el referéndum, lo que no consiguió finalmente, Maza ordenó a las fiscalías de Barcelona, Lleida, Girona y Tarragona citar y, en caso de no comparencia, detener a los 712 alcaldes que cedieron locales municipales.

El 29 de setiembre, el Govern interpuso a su vez una querella contra Maza y el fiscal superior de Catalunya, José María Romero de Tejada, por los delitos de prevaricación y usurpación de funciones.

Las condolencias entre los aparatos del Estado español fueron unánimes, empezando por la Casa Real. Destacó la del portavoz de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, Miguel Ángel Carballo, que calificó a José Manuel Maza como «el fiscal más independiente que ha existido en España».