Nora FRANCO MADARIAGA
Opera

A las duras y a las maduras

Una ópera a piano no es una ópera. Estaban las voces, estaba la escena, pero faltaba la orquesta. Y con ella, ese necesario soporte musical lleno de colores y texturas sobre el que se construye todo lo demás. Pero ahora, asumido esto, se puede afirmar sin ningún género de duda que la ABAO, como mayor damnificada de la huelga de los músicos de la OSE –una huelga «totalmente ajena a su responsabilidad y gestión», como bien indicó Matellanes, presidente de la asociación bilbaina, en su comparecencia ante el público– hizo del pundonor su bandera y sacó adelante el estreno de “Don Pasquale” de la mejor manera posible. A la huelga de la orquesta hubo que añadir la inoportuna faringitis del gran bajo buffo Chausson que le obligó a cancelar a última hora, pero aun así el público pudo disfrutar de una velada insólita pero muy digna.

La escenografía situaba la acción en una vistosa casa de muñecas ofreciendo un enfoque un tanto irreal, a caballo entre la commedia dell’arte y un loco sueño de Tim Burton; el escenario perfecto para “Don Pasquale” si no fuera porque, una vez más, desperdiciaba metros de escenario perdiendo las oportunidades acústicas que ofrece el escenario del Euskalduna.

El rol de Don Pasquale lo asumió el barítono Bordogna, que lució voz redonda y ágil pero con cierta escasez en los graves y a quien, tal vez por acercarse a la interpretación de Chausson o por la premura de la sustitución, le faltó algo de frescura. En cualquier caso, desarrolló un muy meritorio personaje tanto vocal como teatralmente. La soprano Jessica Pratt hizo alarde de voz y técnica en un papel difícil que, sin embargo, desempeñó con sencillez y naturalidad a pesar de que su tesitura acusó la falta del soporte orquestal. Muy adecuado vocal e interpretativamente Javier Franco como Malatesta y estupendo el tenor Ballerini en el papel de Ernesto, con una voz no muy grande pero muy bien gestionada que consiguió la ovación del público.

Inconmensurable el trabajo del pianista James Vaughan que, mano a mano con el director Roberto Abbado, sacó adelante algo que parecía imposible. A pesar de la huelga de la orquesta, la ABAO fue capaz de aceptar el envite y estrenar una ópera con un piano.

Honi buruzko guztia: Opera