GARA
COPA EHF

Anaitasuna acaricia jugar una nueva fase de grupos

El bloque blanquiverde ofreció magníficas prestaciones, destacando en ataque Nantes con diez goles.

BUDAKALASZ 27

ANAITASUNA 35

 

Anaitasuna ya acaricia una nueva participación en la fase de grupos de la Copa EHF después de golear a domicilio y con rotundidad al Budakalasz (27-35). Salvo catástrofe que no se espera, la escuadra navarra deberá certificar dentro de una semana su sobresaliente resultado en tierras húngaras y brindar de nuevo a su afición hasta tres partidos más de balonmano continental.

Los de Juanto Apezetxea se sobrepusieron de modo brillante a las dos derrotas consecutivas que habían protagonizado en la Asobal, firmando un encuentro muy serio tanto en ataque como en defensa, ya que en todo momento fueron por delante en el luminoso y permitiendo que solo en tres ocasiones su rival se acercase a un gol.

Aunque todo el bloque rayó a gran altura, es inevitable mencionar el estratosférico encuentro que realizó Raúl Nantes en el apartado ofensivo. El lateral brasileño se marchó hasta dobles cifras y fue un martillo pilón en el comienzo de la segunda par- te –seis dianas en diez minutos–, pero al cuarto de hora tuvo que retirarse lesionado. Fue entonces precisamente cuando los anfitriones realizaron el último esfuerzo por acercarse en el electrónico, pero el rol en ataque lo asumieron Oswaldo, Agirrezabalaga y un infalible Mota desde los siete metros.

Esa consistencia en los minutos más exigentes premió de tal forma a Anaitasuna que fue en el pitido final cuando acumuló la renta más amplia –ocho goles– frente a su adversario y que le permite prácticamente encarrilar la eliminatoria.

Muy enchufados

El cuadro blanquiverde saltó muy enchufado al Elek Gyula Arena. Tanto que, para los primeros nueve minutos, la brecha ya era de 1-4, merced a la rocosa defensa navarra, una de las señas de identidad de los de Apezetxea, y que se había echado en falta, especialmente en el envite disputado en Huerta del Rey.

Sin embargo, con todo lo que había en juego y pese a la dificultad que se presuponía a priori de llevar la iniciativa en la pista húngara, se jugó fácil ante la meta de Vaczi, cuyas paradas impidieron que la ventaja fuese más amplia al descanso, ya que en el minuto 20 la diferencia se amplió hasta los cinco tantos.

Tras la reanudación, el enfrentamiento se convirtió en un duelo de artilleros entre el citado Nantes y el local Nagy. La retirada obligada del carioca dio lugar a un nuevo acercamiento peligroso de los magiares (24-25) a falta de nueve minutos para el final, temiéndose lo peor, un posible revolcón. No le tembló el pulso a Anaitasuna, no solo ofreciendo una vez más la madurez mostrada este ejercicio, sino incluso logrando un margen casi definitivo.