Maitane ALDANONDO
Bilbo

UN DISPOSITIVO PARA ACABAR CON LOS PROBLEMAS DERIVADOS DEL RUIDO

La contaminación acústica, aunque molesta, suele pasar desapercibida. Por eso, una joven emprendedora getxoztarra ha desarrollado un dispositivo para hacer visible este problema. Asimismo, ofrece soluciones para concienciar y educar sobre este problema.

Un reportaje sobre el sistema educativo finlandés es el origen de la startup bizkaitarra Noismart, dedicada a la medición y reducción de la contaminación acústica. En él aparecían unos sonómetros con forma de semáforo que utilizan para indicar el nivel de ruido en el comedor. La getxoztarra Leire Atxa contactó con su inventora, una pedagoga de la Universidad de California, y comenzó su distribución en 2013. Recibió varias sugerencias para mejorar el aparato y decidió hacerlo ella misma. A través de EuskoIker, comenzó a colaborar con la Escuela Superior de Ingeniería de la UPV/EHU de Bilbo en el desarrollo del innovador dispositivo Noisense.

Atxa era ajena a la materia, ya que proviene del campo de la cooperación al desarrollo y los derechos humanos. En 2015 constituyó la sociedad limitada Semáforo de Ruido y comenzó su actividad en 2016. Su nombre comercial es Noismart y se ubica en la incubadora de empresas ZITEK. Ha recibido el apoyo formativo y financiero de múltiples instituciones, como la Diputación de Bizkaia, SPRI, Seed Capital Bizkaia o los ayuntamientos de Getxo y Bilbo. Además, la aceleradora MassChallenge les seleccionó para unos cursos express en Boston (Estados Unidos). Allí identificó oportunidades en otros sectores y en el mercado estadounidense, aunque todavía no sea el momento para eso.

Agradece el apoyo recibido por sus mentores a la hora de tomar decisiones en campos que le eran desconocidos. Por su parte, gracias a la financiación, ha podido desarrollar, patentar y lanzar el aparato; así como contratar trabajadores. La plantilla actual está formada por cinco personas de diverso perfil a la que a corto plazo quiere incorporar dos nuevos empleados.

El objetivo de esta iniciativa es contribuir a solucionar el problema de la contaminación acústica, ya que las intervenciones suelen quedarse en el plano diagnóstico. «Existe una normativa que no se cumple y no pasa nada. Somos una sociedad muy ruidosa, vivimos muy por encima de los índices recomendados, y esto conlleva muchos problemas de convivencia», señala.

Información valiosa

El enfoque integral de Noismart se traduce en tres líneas de trabajo: la sensibilización y la formación a través de talleres y un curso online multidisciplinar; la parte técnica, centrada en el acondicionamiento de espacios para que sean acústicamente saludables; y la parte de I+D+i, donde se sitúa Noisense, un dispositivo que mide y controla el ruido: entre otras funciones, permite fijar un umbral de decibelios y, cuando éste se supera, salta una alarma visual y sonora.

La parte diferencial que han patentado es la recogida de datos vía Internet, lo que puede ser útil tanto para las Smart Cities –ciudades inteligentes– como para la Industria 4.0. El dispositivo se gestiona con el teléfono móvil y envía la información en tiempo real. Además, situando aparatos en varios puntos se crean redes de recogida de datos para su posterior análisis. De este modo «se genera información significativa y valiosa para tomar medidas. Esto permite hacer visible el ruido de forma objetiva, porque no todos tenemos la misma sensibilidad», apunta Atxa.

Tienen dos modelos para exteriores en el mercado desde abril y se vende exclusivamente en su tienda online, donde también pueden adquirirse productos de otras marcas. Han detectado cuatro nichos de mercado: la educación, la sanidad, la prevención de riesgos laborales y la administración. Y su acogida ha sido buena. Se utiliza en centros educativos como la Ikastola Lauaxeta de Zornotza, en comedores escolares, en oficinas compartidas o en fábricas. «Lo hemos probado en Irizar y ahora vamos a hacerlo en ITP», comenta la responsable.

Del mismo modo, han hecho mediciones a solicitud de vecinos y ayuntamientos. Recientemente han puesto varios Noisense en la Parte Vieja de Donostia. «Los aparatos han estado echando humo, uno ha saltado más de 7.000 veces en tres semanas. Saltan a partir de 55 decibelios, que es cuando empieza a afectar a la salud, pero la normativa dice 35 decibelios», explica la emprendedora.

Actualmente trabajan en nuevos desarrollos, mientras preparan el dispositivo para su uso exterior y crean un modelo más pequeño, puesto que como indica la responsable, «queremos que sea más asequible y llegar a otros públicos». De momento están centrados en el mercado estatal, pero planean empezar la internacionalización en 2018. Aún no han analizado cuáles son los mercados más propicios, pero creen que puede funcionar en Francia, Italia y Portugal.