El Tribunal Supremo de Kenia validó ayer la reelección del presidente Uhuru Kenyatta en los comicios del 26 de octubre, una decisión que provocó nuevas manifestaciones de la oposición en las que dos personas murieron por disparos.

La más alta jurisdicción keniana, que había tomado la decisión histórica en el continente de invalidar por irregularidades las elecciones del 8 de agosto –que ya había ganado Kenyatta–, consideró por unanimidad que los dos recursos interpuestos a los comicios que se repitieron el 26 de octubre. y que fueron boicoteados por la oposición, «no tienen fundamento». En consecuencia, confirmó la reelección del presidente lo que supone que Kenyatta, de 56 años, en el poder desde 2013, será investido el 28 de noviembre para un nuevo mandato de cinco años.

Sin embargo, el líder opositor Raila Odinga mantiene su decisión de no reconocer a Kenyatta como presidente. Aseguró que la sentencia «no ha sido ninguna sorpresa» y que el Supremo se ha visto obligado a «tomarla bajo coacciones». La resolución no pone fin a la crisis, como demostraron las manifestaciones en los bastiones de la oposición y la creciente tensión desde el viernes. En Kibera, Nairobi, un joven murió por un balazo durante las protestas, y en Migori un conductor de ambulancia que acudió a asistir a los heridos también fue mortalmente alcanzado por un disparo.