Charles Manson falleció en la madrugada de ayer en un hospital de California, en cuya Prisión Estatal cumplía cadena perpetua por la sangrienta espiral de violencia que materializaron seguidores de su secta, conocida como “la familia Manson”, en agosto de 1969: la muerte de siete personas, entre ellas la actriz Sharon Tate, para provocar una guerra racial. Aquellos hechos conmocionaron a la sociedad estadounidense, marcaron al movimiento hippie y convirtieron a Manson en uno de los criminales más famosos del siglo XX; incluso, con el paso de los años, en todo un icono pop que lucía hasta en camisetas.