Yacine LE FORESTIER (AFP)
BERLÍN

Crisis política e irrupción de la extrema derecha: el fin de la excepción alemana

La crisis que atraviesa la canciller en funciones, Angela Merkel, certifica el fin de la «excepción» alemana, bajo los efectos de movimientos tectónicos profundos en marcha en un país que parecía durante decenios inmunizado frente a las turbulencias políticas y al auge del populismo de extrema derecha, tercera fuerza en el Bundestag.

Estabilidad: esa palabra estaba anclada en el ADN alemán desde la posguerra, tanto si se trataba de la moneda como de la situación política, que ha discurrido durante todo este tiempo al ritmo de una cultura de consenso entre los partidos, compromiso que se extendía a las áreas económica y social con la figura de la cogestión.

Un Gobierno estable «es nuestra marca de fábrica, como el ‘made in Germany’», defendía ayer el brazo derecho de la canciller, Peter Altmeier.

De ahí el estupor de muchos alemanes ante una página que parece cerrarse: no se logra un nuevo Gobierno tras unas legislativas de setiembre marcadas ya entonces por una atomización del paisaje político y una irrupción histórica del populismo de extrema derecha.

«Nos enfrentamos a una situación nunca vista en la historia de la RFA, en 70 años», alertó el presidente, Frank-Walter Stenmeier. Para Thomas Kleine-Brockhoff, vicepresidente del Instituto Alemán Marshall Fund, «un terremoto político a asolado a Alemania».

Judy Dempsey, de la Fondation Carnegie Europe, llega incluso a la conclusión de que «Alemania se ha convertido en un nuevo problema para Europa, haga lo que haga Merkel».

«Hay que enterrar la idea de que este país, bajo el liderazgo de Merkel, es fuertemente previsible y estable», añade la analista. Todo ello en un momento en el que la UE afronta problemas serios como el Brexit y las tendencias autoritarias en los países del este, sin olvidar los efectos de una crisis económica cuya amenaza sigue ahí. Algunos añaden incluso como «problema» la pulsión independentista de Catalunya.

Durante decenios, Alemania ha conocido una alternancia reglada entre el partido conservador CDU, hoy dirigido por la canciller en funciones, Angela Merkel, y los socialdemócratas del SPD. A lo sumo el partido liberal FDP actuaba de bisagra.

Verdes e izquierda

Las cosas se comenzaron a complicar con la irrupción en los ochenta de los Verdes y, ya en los noventa, de los sucesores del Partido Socialista Unificado de Alemania (SED, en la extinta RDA), hoy integrados junto a escindidos del SPD occidental en Die Linke (La Izquierda).

Este año 2017 ha sido el del desbordamiento por la derecha. La CDU y su aliado socialcristiano bávaro de la CSU han tenido siempre como objetivo impedir la emergencia de fuerzas políticas a su diestra.

Ahora les toca resignarse. A lomos del descontento de una parte de la opinión pública por la bienvenida en 2015 a más de un millón de refugiados demandantes de asilo, la inicialmente fuerza euroescéptica de Alternativa para Alemania hacía suyo el discurso xenófobo e islamófobo y lograba una irrupción histórica (tercera fuerza con casi un centenar de escaños) en el Bundestag (Parlamento alemán).

El dique que cerraba el paso a un partido con un discurso pangermano por el trauma del pasado nazi saltaba en pedazos.

Brexit a la alemana

Paralelamente, los liberales del FDP, históricamente pro-UE, lograban volver al Parlamento con un programa euroescéptico y contra los refugiados. Un escoramiento a la derecha para ocupar un espacio dejado libre por la política centrista de Merkel. Y con el que ni siquiera pestañeó al romper las negociaciones.

«La canciller giró a su partido a la izquierda justo cuando el país giraba a la derecha», critica una fuente anónima de la CDU.

«La crisis de la democracia representativa, que ha transformado profundamente el sistema de partidos en la mayoría de los países occidentales, ha llegado finalmente a Alemania. Es la versión alemana del Brexit, de Trump», asegura el semanario “Der Spiegel”.

El presidente Stenmeier recibe hoy al líder su partido, el SPD

Tras departir durante horas con Merkel el lunes, el presidente Stenmeier recibió ayer a los colíderes de los Verdes, Simone Peter y Cem Ozdemir, y conversó luego brevemente en el Palacio de Bellevue con el presidente del Partido Liberal (FPD), Christian Lindner. Tras excluir como le pidió la canciller a la nueva derecha de la AfD y a la Izquierda (Die Linke), hoy recibirá Martin Schulz, líder de su formación, el SPD, que acaba de negociar una coalición con la CDU en Baja Sajonia.IGARA