Agustín GOIKOETXEA
BILBO

La negociación del futuro del grupo CEL se encalla en la cuestión de los despidos

El comité de empresa del grupo CEL, la dirección de la multinacional Lucart y el administrador concursal continuarán hoy negociando un acuerdo después de que ayer se encallara en la cuestión de los despidos.

Todavía no hay un acuerdo definitivo sobre el futuro del grupo papelero CEL después de que en la reunión mantenida ayer entre la representación de los trabajadores, la multinacional italiana Lucart y el administrador concursal no se acercasen posturas en torno a los despidos.

Hoy, cuando finaliza el plazo fijado por el administrador para alcanzar un pacto, está previsto un nuevo encuentro entre las partes para buscar una solución definitiva que permita la viabilidad a la principal industria de Enkarterri. En caso de no llegarse a un acuerdo, el grupo papelero con plantas en Artziniega, Gueñes y Zalla se liquidaría.

Después de que la asamblea de trabajadores aprobara el martes las condiciones fijadas por Lucart para hacerse con la compañía, con un compromiso por un periodo de cinco años, las administraciones públicas implicadas –Diputación de Bizkaia y Ejecutivo de Lakua– daban por hecho el acuerdo, lo que no sucedió ayer. La propuesta de los italianos contempla el mantenimiento de 145 empleos, con una rebaja salarial media del 20%, 59 prejubilaciones y el despido de 21 trabajadores.

Es en este capítulo donde se mantienen las discrepancias ya que, en un principio, se preveían 15 bajas voluntarias, «con indemnización mínima», y otras cinco o seis personas saldrían «de forma traumática». ELA, que detenta la mayoría en el comité de CEL, considera que no debe haber ningún despido traumático, por lo que anunció que seguirá negociando «hasta el último minuto».

El sindicato volvió a exigir a la administración foral y autonómica que «se impliquen en la búsqueda de una solución para la totalidad de la plantilla». Horas antes, en una entrevista concedida a Radio Euskadi, la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, defendió que el acuerdo planteado por Lucart era «el único posible en estos momentos», aunque apostilló a continuación que, «probablemente, el mejor acuerdo habría sido que se hubieran mantenido todas las condiciones con todo el empleo».