Ingo NIEBEL
CRISIS POLÍTICA EN ALEMANIA

Merkel y Schulz navegan entre la intriga de “House of Cards” y la de “Game of Thrones”

Alemania se halla en una fase de parálisis aunque tanto Gobierno como Parlamento siguen en funciones. La Ley Fundamental evita la inestabilidad aunque prima la constitución de un ejecutivo antes de un adelanto electoral pero sin precipitaciones. Eso obliga a los partidos a malearse en una situación insólita que recuerda a las más alambicadas teleseries

El papel de malo en la serie “La canciller no tiene a nadie con quién gobernar” lo interpreta el jefe del Partido Liberaldemocrático (FDP) tras reventar cuatro semanas de conversaciones sobre el tripartito. «Nuestro papel habría sido el de avalar una mayoría para un pacto verdinegra», se justificó Christian Lindner, haciendo referencia a la CDU) de la canciller Angela Merkel y a los ecologistas Verdes. Tras ser recibido por el presidente de la República, Frank-Walter Steinmeier, insistió en que no negociará de nuevo sobre una eventual coalición Jamaica y en que no tolerará un gobierno en minoría CDU-Verdes, estos últimos los rivales tradicionales del FDP.

Lindner ha dejado al pie de los caballos a Merkel, que fracasó a la hora de llevar a buen puerto un tripartito insólito a nivel nacional. Insólita es también su actual situación porque por primera vez desde la fundación de la República Federal de Alemania (RFA) en 1949, la jefa de Gobierno en potencia no sabe con quién liderar el país en la nueva legislatura.

«Merkel dimisión», exige el comité local de la Joven Unión (JU) de Düsseldorf. Los integrantes de las juventudes de la CDU se oponen a que siga como presidenta y candidata a canciller en unas hipotéticas elecciones anticipadas porque la considera responsable del peor resultado electoral obtenido desde 1949 y del fracaso de Jamaica.

Sin embargo, la realidad política ayuda a Merkel, ya que la CDU no tiene recambio a corto plazo. Y es que después de 16 años al frente del partido, la canciller en funciones ha acabado con sus potenciales rivales guiándolos por las puertas giratorias. Los estrategas de la CDU planearon utilizar esta legislatura para buscar una salida digna a la «canciller de teflón» y preparar la sucesión con un relieve generacional. Estas circunstancias favorecen a Merkel en un principio en un ambiente político que hace recordar las intrigas de la primera temporada de House of Cards.

Quien dice CDU tiene que hablar de su socia bávara, la Unión Social Cristiana (CSU) que ayer departió con su jefe, el ministropresidente bávaro Horst Seehofer. El panorama de esta formación se parece más bien a una versión bávara de Juegos de Trono, ya que al menos dos dirigentes del partido se preparan para hacerse con el liderazgo, cueste lo que cueste. Responsabilizan a Seehofer del fatal resultado de la CSU en las elecciones de setiembre y temen por su sacrosanta mayoría absoluta en los comicios regionales del 2018. «Todo puede ocurrir, incluso lo contrario», dijo misteriosamente Seehofer antes de reunirse con su grupo parlamentario y con el partido.

Mientras tanto, el presidente federal Steinmeier recibió a su correligionario Martin Schulz, presidente del SPD). Le recordó que la Ley Fundamental prioriza la formación de un gobierno, incluso uno en minoría, antes de adelantar las elecciones. Para que los alemanes acudan de nuevo a las urnas, el candidato a canciller, que Steinmeier tendrá que presentar al Bundestag, ha de que quedarse sin la mayoría absoluta en las primeras dos fases de votación. Si en la tercera el candidato sale elegido por mayoría simple, el presidente tiene la opción de nombrarle jefe de un Gobierno en minoría o de convocar nuevas elecciones.

Para evitar este extremo, hay varias opciones. Una es que el SPD forme una tercera Gran Coalición con la CDU. Para ello Schulz tendría que recular 180 grados. E ir contra su convicciín de que las bases no la quieren,

Destacados dirigentes del SPD cuestionan su no, entre ellos su antecesor, el aún vicecanciller y ministro de Exteriores en funciones, Sigmar Gabriel. También una parte de la prensa aumenta la presión contra Schulz. En su contra tiene también a un sector del partido, que le echa en cara el desastre electoral, una serie de nombramientos a dedo, además de no saber valorar la situación política. A la sombra le está creciendo un rival interno, el Alcalde Gobernador de Hamburgo Olaf Scholz. Para más inri, en dos semanas Schulz quiere repetir como presidente del SPD. A principios de 2017 obtuvo el insólito 100% de los votos, pero desde entonces ha ido de derrota en derrota aunque en Baja Sajonia su partido acaba de formar un gran bipartito con la CDU como socia minoritaria.

La actual coyuntura en Alemania se caracteriza por su gran dinámica política mientras la labor ejecutiva está paralizada, sin que esto dañe al DAX o los datos macroeconómicos.