Dabid LAZKANOITURBURU

En retirada total en Siria e Irak, el ISIS contraataca desde su «wilaya» egipcia

El brutal atentado-emboscada yihadista en pleno viernes de rezo musulmán contra una mezquita a la que acuden normalmente seguidores del credo heterodoxo sufí y reclutas del Ejército egipcio anticipa los futuros escenarios de batalla en la guerra que seguirá librando el ISIS una vez que el califato del Estado Islámico termine disolviéndose definitivamente tras su derrota en Irak y Siria.

Una guerra en la que, como nos recuerda la masacre de ayer en el Sinaí, sus mayores víctimas no son ni seguirán siendo europeas ni occidentales sino árabes y/o musulmanas. Heredero de Al Qaeda, el ISIS ha tejido una red de wilayas (provincias) a todo lo largo y ancho de la Umma (comunidad mundial musulmana) en la que grupos que le han jurado obediencia mantendrán encendida la «llama de la yihad», hasta que – calculan–esta vuelva a un Irak y a una Siria en la que impera ya la lógica del vencedor sobre unas poblaciones suníes, vencidas y sin futuro político

El propio mariscal y nuevo faraón egipcio, Abdelfattah al-Sissi, justificó su golpe de Estado anti-islamista con la promesa de que, a cambio de arrebatarles la libertad, libraría a los egipcios del «terrorismo». Tres años después, estos siguen cautivos y ven cómo la sangre les está ahogando. Hasta el cuello.