El Ibex continúa por libre en este ejercicio, con muy poca relación durante meses con lo que sucede en el resto de los índices europeos. Se ha mantenido que la llamada crisis catalana era el principal obstáculo para esa convergencia con los movimientos bursátiles en Europa. Pero todavía sigue marcando en muchas ocasiones un camino diferente pese a haberse reconducido la situación política con la intervención del Gobierno español en Catalunya, según se proclama desde Madrid. Ayer se desmarcaba de nuevo de sus homólogos europeos con la caída del 0,18%, hasta los 10.288,30 puntos. Tan solo le ha durado dos días el nivel de los 10.300 puntos. Por su parte, Fráncfort sumaba un 0,46%; París, un 0,75%; y Londres, un 0,63%. Los inversores en Gran Bretaña encajaron bien el incremento interanual del 3,1% en el IPC de noviembre, máximo de cinco años.

Dentro del Ibex, castigo para Bankia (-2,40%), después de la venta del 7% de su capital por parte del Frob. Finalmente, ingresa 818 millones de euros tras aplicarse un descuento del 2,7% respecto al cierre del lunes. La operación ha generado minusvalías contables de unos 70 millones de euros, aunque las pérdidas para el Estado son mucho más elevadas si se considera el precio de entrada del Frob. Entre los alcistas, destacaron Indra (+2,85%) y Grifols (+1,23%). De los grandes, el más entonado fue Santander (+0,82%), mientras que Inditex (-1,24%) registró el peor balance.

En París, se disparó Atos (+7,14%) tras lanzar una oferta de 4.300 millones de euros para comprar Gemalto (+34,57%). Por el contrario, Unibail-Rodamco (con -4,06%) era penalizado al ofertar 20.957 millones de euros para tomar el control de Westfield, firma australiana de centros comerciales.