Dos huelgas en la enseñanza pública por cuestiones laborales y una mayor inversión para una escuela pública de calidad con notables apoyos incluido el de EHIGE, ¿por qué?

Muchas de estas reivindicaciones también las hemos reivindicado desde EHIGE, por ejemplo el tema de las sustituciones desde el primer día o la estabilidad del profesorado que son absolutamente imprescindibles para poder mantener proyectos en los centros y por eso entendemos que ese tipo de reivindicaciones redundan en la mejora de la calidad educativa, por eso las hemos apoyado y sí que esperamos que lo antes posible lleguen a un acuerdo tanto el Gobierno Vasco como los representantes de las personas trabajadoras para que podamos seguir el curso en calma. Al final, viendo el proyecto de presupuestos, sí que se ve que son absolutamente continuistas, no hay ninguna apuesta por la escuela publica, es más hay un aumento de la financiación de la enseñanza concertada, entonces lo que vemos es que no hay ningún interés en cambiar lo que tenemos, en cambiar este statu quo en el que la mitad del alumnado está en la privada y la mitad en la pública. Eso lo vemos claramente en los presupuestos y creemos que si realmente queremos una sociedad cohesionada, si nos miramos en Europa, hay que apostar por revertir eso y hay que apostar claramente por la escuela pública.

¿Cuáles son los ámbitos en los que se ha retrocedido y en qué está a la cabeza la escuela pública? ¿Cuáles son sus fuertes?

No es que la enseñanza pública haya retrocedido es que todo el sistema, en general, necesita mejorar mucho. Siempre se dice que con lo que invertimos deberíamos tener muchos mejores resultados y las evaluaciones nos dicen que tenemos mucho que mejorar, pero no solo la pública también la privada, es decir, todo el sistema educativo. Tenemos que mejorar en euskara, en idiomas, en ciencias, en lectura, en digitalización, etc. Eso es algo que afecta a todo el sistema educativo, no solo a la pública. Hay que reconocer que la escuela pública ha euskaldunizado a dos terceras partes del alumnado y creo que hay que hacer un reconocimiento al profesorado porque ha trabajado duro para conseguir euskaldunizar a un alumnado en condiciones realmente dificultosas y también ha conseguido ofrecer una enseñanza de calidad a todo el alumnado, a toda la sociedad, independientemente de su religión, sus condiciones económicas, sociales... La escuela pública ha hecho una gran aportación al sistema educativo vasco.

Es la que más recursos tiene, lógicamente y ofrece una enseñanza que prepara al alumnado para un futuro incierto. Lo que queremos en la escuela pública es tener todo tipo de alumnado y que ese alumnado se eduque en la diversidad para que esté preparado para el futuro y también educar a un alumnado crítico y teniendo en cuenta nuestra cultura. Las escuelas están insertas en su entorno, colaboran con él y con el resto de organizaciones. La escuela tiene que estar insertada y aprovechar su entorno para ofrecer al alumnado máxima calidad educativa.

Parece que la Lomce ha pasado a segundo plano y, sin embargo, está implantada en las aulas por sí misma o en forma de decreto Heziberri.

Uno de los aspectos que más nos preocupaba, las reválidas, se han parado y eso se ha conseguido gracias a la movilización en Euskal Herria y a nivel estatal, pero es verdad que muchas de las cosas de la Lomce se están aplicando y que también se ha aprovechado para privatizar la educación, que es algo que recoge la ley y que aquí el Gobierno vasco lo ha aprovechado para blindar los conciertos.

El Departamento de Educación ha publicitado la elaboración de un nuevo ‘pacto educativo’, ¿qué debería recoger?

Cualquier pacto educativo tiene que definir claramente qué es público y qué no es público. Hay que acabar con ese debate que tenemos en la enseñanza y que no existe en otros ámbitos sociales, como por ejemplo la sanidad, donde sabemos claramente qué es público y qué no es público. Hay que zanjar ese debate y colocar a la educación pública en el eje del sistema, como ocurre en toda Europa. Si nos comparamos con Europa en ese tema estamos muy atrasados y atrasadas. A nivel europeo el 80% de la educación es pública, en la CAV es solo el 50%, en Navarra es más y en Iparralde es todavía más.

¿Está participando la confederación de ampas en los grupos de trabajo que están dando forma a ese pacto?

En esta primera fase se han hecho seis grupos de trabajo sobre seis temáticas diferentes y EHIGE no está participando, porque entendemos que los temas más importantes no están recogidos ahí. No se pone en entredicho el sistema que tenemos, el sistema actual en el que la mitad de la enseñanza es pública y la mitad es privada. No se quiere debatir sobre eso, se quiere aceptar como tal y avanzar y nosotros no estamos de acuerdo. Lo que pensamos es que hay que debatir si queremos seguir así o colocarnos como el resto de países europeos, con una enseñanza pública mucho más amplia y que llegue a toda la sociedad.

¿Qué otras cuestiones faltan?

El tema de la segregación escolar nos parece muy importante y no se recoge tampoco. Llevamos ya tiempo denunciando que tenemos un sistema educativo segregado, en el que las familias con menos recursos están en un tipo de centros, públicos, y las familias con más recursos están en otro tipo de centros. Tenemos un sistema segregado y a eso no se le está respondiendo. La medidas que se toman desde el Gobierno vasco no son realmente de alcance, no están consiguiendo cambiarlo, y ese es un tema prioritario.

Hay una propuesta al respecto.

La asociación Zubiak Eraikiz presentó en el Parlamento una Iniciativa Legislativa Popular que fue apoyada por Podemos, Bildu y PSE, que en breve se pondrá en marcha. Lo que plantea es que los centros que no respondan a la diversidad de la sociedad reciban menos recursos públicos, entre otras medidas. Desde Ehige lo vamos a apoyar y vamos a apoyar la recogida de firmas. Ha cambiado la normativa y en este momento con 10.000 firmas es suficiente para que el Parlamento lo tenga que debatir.

¿De qué hablamos cuando reivindicamos un sistema educativo propio?

Un sistema educativo que creemos nosotros y nosotras, la ciudadanía del País Vasco, que responda a las necesidades de nuestra sociedad y que no tenga injerencias de leyes como la Lomce. En este momento por mucha ley que hiciéramos las leyes estatales estarían por encima, eso ya lo sabemos pero en cualquier caso el sistema educativo propio sería un sistema hecho por la sociedad vasca que responda a sus necesidades.

Otro debate abierto es el de los comedores escolares.

Esto está relacionado con la autonomía de los centros. Tenemos una normativa muy estricta. Nos pasa en los comedores, que estamos obligados a gestionarlos a través de empresas de catering. Esto en su día, hace 20 años, sirvió para que todos los centros públicos tuvieran comedores, pero hoy en día no responde a las necesidades de las familias. Hoy las familias lo que quieren es que se cocine en el centro, que se cocinen productos locales, que el comedor se adapte a las necesidades de las familias, es decir, que si se necesita usar el comedor un día en concreto lo pueda usar, tenemos una normativa que casi no lo permite. Que las familias puedan participar, que puedan decidir si quieren seguir con catering o no, que puedan tener información, porque tampoco la tienen, la única que tienen es el menú y poco más. Quieren más información, están mucho más sensibilizadas con la alimentación y con todos los impactos que tiene. Lo que queremos es que se flexibilice la normativa para que realmente los centros decidan.

¿Cómo ven la propuesta de EH Bildu para superar los modelos lingüísticos?

Siempre hemos planteado que hay que superar los modelos lingüísticos. Todo el alumnado cuando acaba la enseñanza obligatoria tiene que conocer los dos idiomas oficiales y a parte otros extranjeros. Hay un acuerdo de muchos agentes educativos alrededor de Kontseilua y en eso nos basamos. Sobre todo en la pública, en la que hay el modelo A que además de no euskaldunizar lo que hace es ‘gueitizar’ los centros, porque en ese tipo de centros está un tipo de alumnado que ya económicamente esta desfavorecido y además le estamos desfavoreciendo socialmente, cultural e idiomáticamente. Gracias a la apuesta de las familias hoy en día la inmensa mayoría del alumnado está en modelos euskaldunes en la escuela pública, pero hay que dejar los modelos atrás. Cada centro ,que es quien mejor conoce a su alumnado, necesita más autonomía para decidir qué necesita reforzar. El café para todos no sirve.