Seis colegios vinculados al Opus Dei –Arangoya, Ayalde, Erain, Eskibel, Gaztelueta y Munabe–, que mantienen la segregación por sexo de los niños y niñas en sus aulas, reciben en torno a los 13 millones de euros por sus conciertos con el Departamento de Educación. EH Bildu propuso ayer en el Parlamento de Gasteiz la retirada de esas subvenciones, para lo que contó con el apoyo de Elkarrekin Podemos. Sin embargo, PNV y PP se opusieron sosteniendo que legalmente no es posible, aunque en las declaraciones de sus portavoces –que insistieron en que diversas instituciones sostienen que la educación «diferenciada» no es «discriminatoria»– dio la impresión de que su voto estaba motivado por razones más profundas. El PSE se sumó a sus socios, aduciendo también la inseguridad legal de la propuesta.

Rebeka Ubera, parlamentaria de EH Bildu, criticó la contradicción que supone hacer discursos sobre la igualdad desde el Gobierno de Lakua y después «dar financiación pública a colegios que promueven estereotipos y roles sexistas y que vulneran de raíz el principio de igualdad al separar a los niños de las niñas educándoles en valores diferenciados y perpetuando las relaciones de poder de siempre».

Iñigo Martínez, de Elkarrekin Podemos, avisó de que pese a que la segregación sea legal, eso no significa que sea aceptable.

La jeltzale Jone Berriozabal sostuvo que Lakua apuesta es por la educación mixta, pero destacó que la ley protege la educación «diferenciada» y que los tribunales han revocado actuaciones como las de la Junta de Andalucía, que retiró el concierto a colegios de este tipo.

José Antonio Pastor, del PSE, animó a cambiar la ley, aunque llamó la atención cuando dijo que en estos colegios, aunque niños y niñas no puedan relacionarse en clase, sí lo pueden hacer en el patio, cuando algunos son solo femeninos o solo masculinos.

Desde el PP, Juana Bengoetxea, criticó a los proponentes y defendió el derecho de estos colegios a hacer lo que hacen y recibir dinero público.