Iraia OIARZABAL
jornada de Ner group en donostia

El reto de la transparencia y la autogestión en un contexto de crisis

Todo cambio es difícil y lo saben bien las organizaciones integradas en Ner group, que protagonizaron ayer una jornada para poner en común sus experiencias en el camino emprendido para «escapar de la estructura piramidal» tan arraigada en el ámbito empresarial. En un contexto de crisis, los buenos resultados del grupo invitan a reflexionar sobre la necesidad de aunar valores humanos y transparencia con los parámetros puramente económicos.

«Nunca olvides que solo los peces muertos nadan con la corriente. Si estás vivo, vas contracorriente». Con esta cita y con el dinamismo que le caracteriza daba comienzo Koldo Saratxaga el encuentro «Made by Ner» celebrado ayer en el museo de la ciencia de Donostia. El concepto de cambio, de evolución, es una parte esencial del Nuevo Estilo de Relaciones (Ner) impulsado por Saratxaga y que agrupa a 21 organizaciones de diferentes sectores y naturaleza jurídica. La presentación del libro «Experiencias Ner 2012» sirvió para conocer de la mano de sus protagonistas su andadura, con sus alegrías y dificultades, pero siempre con un objetivo claro: el Desarrollo Humano Sostenible.

En definitiva, Ner busca escapar de la estructura piramidal imperante en el ámbito empresarial hacia un estilo que califican como «radicalmente distinto» y al que se han sumado empresas punteras como Ampo o Ekin. «Creemos que hacemos algo diferente y por eso queremos compartirlo», expresó Saratxaga, junto al que compartieron escenario Jabi Salcedo, presidente de Ner group, y Joana Saratxaga, de K2K Emocionando. Conscientes de que son un grupo pequeño atendiendo al número de organizaciones que lo conforman, Salcedo aseguró que no existe en ellos un «afán de crecimiento» pero sí de trabajar por que esa filosofía eche raíces en la sociedad.

Una de las premisas imperantes en todas las intervenciones de Saratxaga es que las cosas pueden hacerse mejor y que para eso necesariamente hay que abordar un cambio. Atendiendo a la situación actual en el ámbito empresarial vasco pero sin nombrar expresamente el caso de Fagor Electrodomésticos, advirtió que «si hacemos toda la vida lo mismo es cuando no evolucionamos», para añadir que con los esquemas actuales todas las grandes organizaciones van a caer. «Están cayendo históricamente. En Euskadi ¿cuántas grandes organizaciones hay de 50 ó 60 años? Han caído prácticamente todas y lo sabíamos. Pero miramos la estadística cuando nos interesa», sentenció.

Valores y eficiencia

Aunque estas caídas se cuantifiquen en millones de pérdidas, lo que realmente ha caído, a juicio de Saratxaga, es «la creatividad, la ilusión, la pasión». A su vez, entiende que ello conlleva una merma de las relaciones dentro de una organización, con la consiguiente pérdida de eficiencia. Todo ello va unido.

En esta línea, Salcedo, que se define como «converso» a este Nuevo Estilo de Relaciones tras pasar dos tercios de su vida laboral en una empresa familiar y una multinacional, aseguró que «verdaderamente lo que hace que una organización se mueva son las personas, pero cuesta aceptarlo». Por ello, cuando una empresa da ese paso ideológico y decide integrarse en Ner el primer planteamiento es tejer esas relaciones a través de la confianza, la comunicación, la transparencia o la autogestión para generar esa pasión entre sus actores. «La transparencia tiene que ser del 100%. O lo compartes todo o si no no se da esa transparencia», señaló.

Sin embargo, todos esos valores quedan a la sombra si no van acompañados de eficiencia y de resultados. Por ello, resumió los tres principios de Ner en que son proyectos basados en personas, enfocados al cliente y que deben ser eficientes. En parámetros económicos y laborales, el equilibrio salarial, el reparto equitativo de los resultados, la solidaridad interna o la toma de decisiones en asamblea forman parte de esa receta que busca generar organizaciones eficientes a base de trabajar por y para las personas.

Del «dolor» por perder el poder a la satisfacción del «éxito compartido»

«Necesitamos un cambio». Esta afirmación es el denominador común que lleva a la mayoría de las organizaciones a tocar la puerta de Koldo Saratxaga para formar parte de Ner group. Jon Agirre (Ampo) y Satur Ormazabal (Panelfisa), ambos del ámbito cooperativista, y Joseba Konde (Kondia S.L.) relataron su experiencia en una mesa redonda en la que reconocieron que los resultados compensan los obstáculos que puedan surgir en el camino.

Las dudas en torno a la creciente globalización llevaron a Ampo a replantearse su manera de funcionar allá por el año 2000. Agirre, que preside la cooperativa de Idiazabal desde 2010, explica cómo acudió a Saratxaga, entonces a cargo de Irizar, ante los cambios cíclicos que observaba. Finalmente, tras una asamblea celebrada en 2002, decidieron abordar un nuevo camino en el que llevan más de una década y que les ha llevado a la cúspide de la industria vasca.

En el caso de Panelfisa, esta cooperativa dedicada a la fabricación de tornillería especial y ubicada en Ikaztegieta surgió como consecuencia de un «abandono empresarial», según relató Ormazabal. Una treintena de trabajadores decidió retomar el negocio, que ahora cuenta con 80 personas. Sin embargo, ese espíritu emprendedor quedó desvanecido a medida que el proyecto fue creciendo. «La gente se incorporaba buscando un empleo. Primaba la visión de trabajador frente a la de propietario», afirmó. El estallido de la crisis, a pesar de que adoptaron una serie de medidas internas, desembocó en el estancamiento de la firma. «Llegamos a la conclusión de que el problema estaba en la organización. Hay que tener la humildad de reconocer que necesitamos ayuda», explicó.

Una vez tomada la decisión, el primer paso es abordar una gestión horizontal. «Parece obvio que en las cooperativas hay transparencia, pero te aseguro que no siempre es así», sentenció Agirre. A ello añade que el socio debe ser consciente de que es trabajador y propietario, con la parte positiva y negativa que ello implica.

Ormazabal, por su parte, contó cómo fue su experiencia al pasar de gerente a coordinador. «Fue un cambio profundo y duro -dijo-, pero han pasado tres años y cada mañana voy contento a trabajar». Relató, por ejemplo, que como gerente apenas se relacionaba con las personas de su empresa, algo que cambia de manera radical con Ner. «No hay nada mejor que el éxito compartido», apostilló.

Finalmente, Konde destacó que «es doloroso bajarse del pódium, pero los resultados compensan». A su juicio es necesario eliminar las «trincheras» que enfrentan a empresarios y trabajadores: «Si tenemos el mismo objetivo, ¿por qué nos enfrentamos?». I.O.