Alberto PRADILLA MADRID
OPERACIÓN EN LAS REDES SOCIALES

La GC acusa de «enaltecimiento» a los 21 arrestados en una mediática redada

Una redada de la Guardia Civil contra tuiteros a quienes acusa de «enaltecimiento» se saldó ayer con 21 detenidos (15 de ellos en Euskal Herria y otros seis en el Estado). La operación fue avalada por la Audiencia Nacional española, aunque no estaba previsto que los arrestados fuesen trasladados a Madrid. Según fuentes jurídicas, los arrestados serían puestos en libertad después de la declaración policial y, posteriormente, citados ante la audiencia.

La Guardia Civil desarrolló ayer una redada contra usuarios de Twitter y otras redes sociales que se saldó con 15 detenciones en Euskal Herria y otras seis en diferentes puntos del Estado (dos en Catalunya, dos Asturias, uno en Castilla y León, y otro en Galiza). Según informó el Ministerio español del Interior a través de un comunicado, están acusados de «enaltecimiento del terrorismo» y «humillación a las víctimas». La operación recibió el visto bueno de Eloy Velasco, titular del Juzgado de Instrucción número 6 de la Au- diencia Nacional, quien se encontraba de guardia en ese momento y que se centró en certificar la copia de los diferentes tuits. No obstante, los arrestados ni siquiera pasaron a disposición judicial y estaba previsto que fuesen puestos en libertad tras la declaración policial.

Desde el primer momento la operación evidenció su marcado carácter propagandístico, dirigido a la obtención de titulares en medios. Especialmente, porque no es habitual que acusaciones como la de «enaltecimiento», que implican un máximo de dos años de cárcel, se resuelvan con una redada de estas características. La Guardia Civil o el juez podían haber citado a los acusados tal y como ha ocurrido en ocasiones anteriores, en las que las declaraciones se han realizado en la Audiencia Nacional o incluso, mediante exhorto, en los juzgados más cercanos para los imputados. Interior, sin embargo, prefirió proceder a los arrestos y anunciar «la incautación de ordenadores y teléfonos móviles».

Sin relación entre sí

Otro de los datos que evidencian el interés mediático de la denominada «operación Araña» es el número de detenciones coordinadas sin relación entre sí y vinculadas a posibles delitos de opinión en Internet. La Guardia Civil decidió ayer proceder a todos los arrestos simultáneamente para lograr un mayor golpe de efecto, pero ni siquiera el juez Velasco se hará cargo de todos, ya que no existe un único atestado policial que englobe a toda la redada, por lo que serán repartidos entre los seis juzgados del tribunal de excepción.

En principio, fuentes judiciales apuntaron a distintas acusaciones que variaban desde la «humillación (se citaba, entre otras, a Irene Villa o el guardia civil Fernando Trapero, ambos víctimas de acciones de ETA)» hasta el enaltecimiento de las acciones «yihadistas». Posteriormente, Interior limitó las acusaciones a tuits que harían referencia a la organización vasca, sin aportar más detalle que imputaciones genéricas e interpretables como «deseo de que sigan cometiendo atentados por organizaciones terroristas aún activas; alabanzas a atentados ya cometidos; enaltecimiento de terroristas juzgados y condenados o bienvenidas a presos terroristas liberados».

No trascendieron todos los nombres de los arrestados, aunque entre ellos se encontraban Karmele Dorronsoro (Ormaiztegi), Asier Gartziaindia (Arbizu), Zuriñe Peral (Gernika) y Aitor Martinez (Bilbo), así como el poeta Aitor Cuervo, en León. Según fuentes jurídicas, varios de los arrestados se negaron a declarar y al cierre de esta edición estaba previsto que recuperasen la libertad. La operación suscitó el rechazo de, entre otros, Sortu, Alternatiba y Gazte Abertzaleak, así como movilizaciones en municipios como Laudio.

Agentes revisando la portada de GARA o carteles de Sortu

La Guardia Civil distribuyó a los medios un vídeo propagandístico en el que se mezclan 12 mensajes (cinco menos que el total de arrestados) en redes sociales como Twitter y Facebook superpuestos sobre dos guardias civiles que revisan imágenes en varios ordenadores. La mayoría de los mensajes pertenecen a un único usuario, con el nombre borrado, identificado por una caricatura y que proclama, por ejemplo, «larga vida al terrorismo, al asesinato y la extorsión de políticos, guardias civiles y policías». En las pantallas de los ordenadores, entre otras muchas imágenes, una portada de GARA. Concretamente, la de la edición del 2 de mayo de 2013, en la que se publicó un comunicado de ETA en el que la organización vasca hacía referencia a las recientes muertes de los presos Ángel Figueroa y Xabier López Peña. También carteles de organizaciones como Sortu, Ernai o mapas de Euskal Herria con una estrella roja. A.P.