Mirari ISASI
Elkarrizketa
Eugenio martínez enríquez
Embajador de Cuba en el Estado español

«Hay en EEUU una lógica perversa que mantiene una política como el embargo»

Antes de llegar al Estado español como embajador a finales de 2013, Eugenio Martínez Enríquez (La Habana, 1969), licenciado en Relaciones Internacionales, ocupó destacados cargos en la Cancillería y, entre otros destinos, pasó por EEUU, como segundo secretario de la Sección de Intereses de Cuba. Asegura que las reformas socioeconómicas son necesarias para hacer sostenible el modelo socialista de Cuba y denuncia que nada ha cambiado en la política coercitiva de EEUU hacia la isla pese a las palabras de Barack Obama.

Cuba se halla inmersa en pleno proceso de transformaciones económicas y sociales. ¿Cómo se está llevando a cabo?

Es un proceso de actualización, porque las bases del sistema se mantienen. Es decir, se mantendrá una economía socialista, pero funcionará la ley de la propiedad y se le prestará atención al mercado. Los cambios buscan elevar la eficiencia y la productividad en la economía, eliminando las trabas que impiden el desarrollo de las fuerzas productivas y resolviendo problemas de la economía cubana que sean un freno. Cuba podrá hacer un aporte a la experiencia socialista en la forma de gestionar la propiedad, se desarrollarán la propiedad cooperativa y el trabajo por cuenta propia, en colaboración con la empresa estatal socialista, que seguirá siendo predo- minante pero que tiene que ser más eficiente. Esas son las transformaciones fundamentales que mantendrán la política social de la revolución, que ha sido exitosa, pero que buscará la eficiencia económica para crear mayor riqueza.

Usted ha dicho alguna vez que se pretende construir un socialismo próspero y sostenible. ¿Qué ha fallado hasta ahora?

El modelo cubano ha tenido etapas. En esta etapa hemos percibido que es necesario modificar algunas prácticas en la economía para hacerlo sostenible. Cuba es una alternativa a otros sistemas, como ha demostrado en más de cincuenta años, pero tiene que mantenerse con recursos propios, con una economía fuerte, y se han identificado cosas que deben cambiar. Pueden haber fallado muchas cosas. No creo que se hayan cometido grandes errores estratégicos, pero sí algunos. Lo que sí ha demostrado la alternativa de Cuba, en general, es que ha sido el único modelo que ha permitido que los cubanos sean independientes. Fuimos una colonia de España por más de 400 años y una neocolonia de EEUU por más de 50, que suponía la existencia de un país con economía de mercado y varios partidos, pero dirigido en la práctica por un Gobierno extranjero. Con este modelo, los cubanos han dirigido el país por primera vez.

¿Se notan resultados en el día a día? ¿Están llegando los beneficios de esas transformaciones a toda la población?

Es un proceso a largo plazo, no va a ser inmediato. Han aumentado las posibilidades para que las personas desarrollen sus propias iniciativas, para que el Estado no sea siempre el que de forma paternalista tenga que intervenir en asuntos que antes deben ser de las personas. Ahora estamos en una etapa que va a ir a más en la organización, en el ahorro de recursos, en una mejoría del estado financiero del país y sus capacidades de pagar la deuda y asumir créditos, en la eficiencia de áreas como la agricultura... No se han solucionado todos los problemas, pero se ha avanzado, aunque creo que los mejores resultados están todavía por venir.

¿Las reformas afectan también al ámbito político, institucional y legislativo?

Hay una revisión del funcionamiento de las instituciones. Se han reorganizado varios ministerios, buscando su no intervención, a menos que sea en el ámbito metodológico, en la gestión empresarial. Más independencia para el empresariado, que tenga más iniciativa, y que los ministerios se dediquen a la función pública y participen menos en la economía. Que la economía funcione más por métodos económicos y menos por administrativos. En ese sentido, sí podríamos hablar de algunas transformaciones en el ámbito institucional. El sistema cubano funciona en base a un partido, tiene elecciones periódicas cada cinco años a una Asamblea Nacional, que es el Parlamento, y no hay voluntad del pueblo ni del Gobierno de transformarlo. Sí se busca que ese sistema sea más participativo, que haya más interacción del pueblo con las instituciones, que las revisiones de cuentas de los cargos electos sean más periódicas y eficientes, pero creemos que es el sistema que ha garantizado la independencia cubana.

¿No genera cierto temor la apertura a la inversión extranjera?

Todos los cambios tienen algunas consecuencias que no son previsibles o no son las que uno espera, pero se ha determinado que la inversión extranjera es necesaria, ya que los recursos que produce el país no son suficientes para avanzar. En las fórmulas económicas clásicas, el 70% del PIB se dedica al consumo y el 30% a la acumulación o la inversión. En el caso cubano, el consumo está limitado, y utilizamos el 80% para el consumo y el 20% para la inversión. Ese 10% que necesitaría la economía para despegar, que equivale a unos 2.500 de dólares anuales, se va a buscar en inversión extranjera.

Una de las primeras transformaciones que aplicó Cuba fue en la política migratoria. ¿Con qué resultados?

La flexibilidad en los viajes de los cubanos al exterior y en los viajes a Cuba ha tenido un amplio apoyo. El supuesto temor a que se produjera una avalancha de la migración cubana no ha existido, y los números son muy similares. Los cubanos se comportan como una migración típica, viajan cuando es necesario, por razones económicas o familiares.

55 años después del triunfo de la Revolución, EEUU mantiene intacta su hostilidad respecto a Cuba, pero la isla va ganando terreno al embargo. ¿Hay posibilidades de que Washington cambie de actitud?

Esperamos que sí. Ha pasado mucho tiempo y nuestro pueblo ha sufrido mucho. Todos los gobiernos del mundo, con pequeñas excepciones, han condenado esa política, pero no parece que exista voluntad política por cambiar un sistema de sanciones, de coerción económica y política, que es el más sofisticado y prolongado de la historia. El propio presidente de EEUU dijo que la política hacia Cuba se había creado antes de que él naciera, que no había logrado sus objetivos de derrocar a mi Gobierno y que él haría algo por cambiarla. El tiempo ha pasado y no lo ha hecho. Si me preguntara si hay posibilidades yo le diría que sí, porque en EEUU hay un consenso muy amplio de que esa política debe cambiar. ¿Cuándo sucederá? No tengo seguridad, porque la política tiene su propia dinámica, hay muchas cosas que parecen las más correctas, las más justas, pero no se hacen. Se puede invadir un territorio, como se invadió Irak, sin el apoyo de la comunidad internacional, se puede ocupar otro... Hay una lógica perversa en EEUU que mantiene una política como la que aplica hacia Cuba.

¿Encarna Barack Obama esa esperanza de cambio o va a ser otra decepción?

Obama tendría las mejores condiciones para cambiar la política hacia Cuba. Es el presidente demócrata que más votos ha obtenido entre la comunidad cubana en Miami, hay un ambiente internacional favorable como nunca a la relación con Cuba, un proceso cubano fortalecido... En 2009, Obama dijo que cambiaría la política hacia Cuba, que estaba listo para una nueva era de relaciones si Cuba permitía que los cubanos fueran a la iglesia, si daba licencia a personas para que se convirtieran en taxistas y si permitía que los cubanos viajaran al exterior. A Cuba han ido dos papas en diez años, el que quiere puede ser taxista y ya los cubanos que deseen, incluidos los que EEUU financia, puede viajar al exterior si quieren hacerlo. Y no ha cambiado la política de EEUU hacia Cuba.

¿Cuál ha sido el alcance del embargo? ¿Ha tenido consecuencias positivas al margen del enorme daño económico?

Sí. El bloqueo nos ha hecho funcionar a nosotros en condiciones de crisis permanente. Cuba no puede comprar ningún producto que tenga un 10% o más de componentes norteamericanos, no se puede operar con dólares porque nos los confiscan... Imagínese que la Sección de Intereses de Cuba en Washington tuvo que cerrar sus servicios consulares porque no tenemos un banco donde hacer los depósitos... Es muy difícil. Pero por otro lado, nos ha obligado a los cubanos a ser creativos, a ingeniárnoslas para luchar contra un enemigo tan poderoso y, en cierta forma, ha despertado el sentido de resistencia del ser humano, cómo sobreponerse a adversidades muy profundas y vivir con dignidad, pero al margen de los flujos de consumo con los que se puede vivir en otros países.

¿Ahora que la Casa Blanca negocia con «terroristas», como en Afganistán, podrían darse cambios en la situación de los tres cubanos del «grupo de los cinco» que siguen presos en EEUU?

Cuba ha dicho que está abierta a una decisión humanitaria sobre bases recíprocas acerca de los presos cubanos y de los presos norteamericanos en Cuba. En ese sentido, Cuba ha expresado su volun- tad de hallar una solución a un problema que afecta a ambos pueblos. Sin menoscabar la soberanía de los países, Cuba tiene la voluntad de establecer un diálogo para hallar una solución humanitaria recíproca.

¿Qué expectativas se abren ahora en la negociación sobre la posición común de la UE?

Hay relaciones bilaterales plenas con los países de la UE, con unos quince acuerdos de cooperación, y la decisión de la UE de iniciar un proceso de negociación para un acuerdo de cooperación y diálogo político fue recibida con satisfacción por Cuba. Esa decisión tardó tiempo en tomarse y tardó dos años en ser comunicada a Cuba, que respondió favorablemente en dos meses. Se han mantenido reuniones técnicas para fijar un calendario, pero sabemos que llevará tiempo porque es difícil lograr consensos dado que cada país tiene una opinión. Pero es una decisión positiva hacia la normalización de las relaciones.

José María Aznar presionó para que la UE no mantuviera relaciones con Cuba. ¿Cómo son las relaciones con el actual Gobierno español del PP?

El Gobierno actual maneja las relaciones con Cuba con mucho realismo y madurez, lo que permite enfrentar las situaciones de crisis de forma inteligente y favorable para ambos países, sin ignorar los antagonismos que puedan existir. El año pasado se alcanzó un récord de intercambios comerciales.

¿Cuál ha sido el papel del Cuba en el proceso de integración latinoamericana?

Nosotros siempre hemos defendido la unidad latinoamericana y los procesos de integración. Cuba fue excluida por las presiones de EEUU a América Latina y a principios de los años 60 todos los países, con la honrosa excepción de México, rompieron relaciones con Cuba y fuimos suspendidos en la OEA. Pasados 50 años, Cuba está plenamente insertada en América Latina. En enero de 2014 se celebró en La Habana la cumbre de la Celac, que reúne por primera vez todos los estados latinoamericanos sin la presencia de una potencia extranjera. No solo defendemos la integración y la unidad latinoamericana, sino que hemos aportado mucho para lograr un consenso que en La Habana se cristalizó en la firma de una declaración que declara América Latina zona de paz.

¿Que importancia tiene la Celac?

Es la cristalización de un largo proceso de lucha por la unidad. No compite con otros procesos integracionistas, pero es la expresión política más avanzada. Tras 200 años, América Latina pudo por primera vez reunirse sola. Antes hubo intentos, pero no fue posible. Cuba tuvo un aporte de principio fundamental.

¿Se puede ver resentida la integración latinoamericana tras la muerte de Hugo Chávez?

El impulso del presidente Chávez fue seguido con profundidad por otros países como Brasil, México o Argentina y la ausencia de Chávez es un duro golpe a la independencia de América Latina, pero no significa la debilidad del ALBA. Era un líder con un carisma inagotable, no solo en Venezuela.

¿Qué futuro le augura a Cuba con tanto cambio?

En los próximos años Cuba será un Estado socialista más eficiente y fortalecerá su modelo, que es una alternativa a los existentes.

«Fortalecer vínculos y aprender de la experiencia vasca»


La importancia de los vínculos comerciales, de cooperación y de solidaridad con Cuba y el objetivo de profundizar en ellos, además de su presentación oficial a las autoridades, es la razón que ha traído a Eugenio Martínez Enríquez a Euskal Herria en su primera visita institucional. Señala que Euskal Herria está entre las cuatro comunidades más importantes del Estado español en relaciones comerciales con Cuba y la segunda, tras Andalucía, en cooperación y solidaridad.

Destaca Martínez entre esos vínculos la asociación de la empresa vasca Praxis Pharmaceutical con el Centro de Ingeniería Genérica y Biotecnología de Cuba para producir, en el parque tecnológico de Araba, una vacuna inventada y desarrollada en la isla caribeña que evita la amputación por úlceras del pie diabético, el Heberprot-P (conocido en la UE como Epiprot). «Esa vacuna, que inventaron científicos cubanos, se está produciendo en una planta del País Vasco, desde donde se exporta a una veintena de países -recalca Martínez-. Fíjese la importancia de la relación con Cuba». Se trata de una vacuna, explica, que «no existe en ningún otro lugar del mundo salvo en Cuba y en el País Vasco».

Por eso, con su visita ha buscado también «fortalecer esos vínculos, revisar las áreas en las que podemos aprender de la experiencia vasca, por ejemplo en el área de las cooperativas y el modelo de exportación». M.I.