UDATE | JAZZALDIA

Cinco días para más de cien oportunidades

Con el Heineken Jazzaldia que arranca hoy se inicia otra semana de las que brillan a lo largo del año y de las que se apuntan en al agenda. Comienza a ser la cita una especie de festival al estilo de los rockeros, donde el hecho en sí, y al margen de los nombres, posee cada vez más un efecto llamada que atiende tanto al aspecto cultural como al puro ocio, diversión y relajo. Que así sea es la consecuencia de unir jazz, pop y rock en todas sus variedades. Además, se juega con las edades, Delorean, The Horrors, Austra, Vintage Trouble... ... para los más jóvenes y una larga tacada para los veteranos: Ray Davies, George Clinton, Echo & the Bunnymen, Wire... Al entorno anterior hay que añadir todo lo que sucede en el Plaza de la Trinidad con toda su carga jazzística adulta y algunos otros puntos de la ciudad con el jazz también como protagonista de media tarde.

Resulta curioso, pero no fuera de lugar, el esfuerzo que comienza a realizar la organización del Jazzaldia al respecto de la celebración el próximo años de su cincuenta aniversario. No extraña, es una gran fecha, pero llama la atención que se esté realizando una especie de proyección en paralelo del cartel de este año y de lo que se pretende para el siguiente. En esta línea, Miguel Martín, director del festival apunta que espera contar con recursos para recuperar la «memoria audiovisual» de este evento y poder mostrarla al público en un documental. «Nos interesa porque no solo es importante para el festival, sino para el jazz en sí mismo. Los esfuerzos especiales que hagamos van a estar encaminados a recuperar y catalogar ese archivo audiovisual. Estamos en conversaciones con TVE y ETB», explica. De paso, la organización también ha lanzado una petición para que todas aquellas personas que dispongan de documentación del Jazzaldia se pongan en contacto para que cedan el material, que puede ir desde filmaciones caseras, fotos o cualquier detalle a valorar. «El Festival nació en 1966 y probablemente desde 1968 hubo grabaciones. Falta por comprobar la disponibilidad y la calidad técnica de lo que se haya conservado. Hace años vi joyas, auténticas maravillas. Sé, por ejemplo, que existen grabaciones de Charles Mingus y eso tiene un valor extraordinario», destaca.

Martín asegura que en la organización del Festival siempre hay margen para la sorpresa y eso hace que cada una sea «única y diferente». En la que se abre mañana, dice, y al margen de los nombres más evidentes, que uno de los descubrimientos será la banda estadounidense Snarky Puppy, ganadora de un Grammy en 2013. «Snarky Puppy es uno de los grupos que tiene que pasar a ser absolutamente fundamental en el jazz de los próximos años», añade el responsable del Jazzaldia, que cree que también tienen «un gran camino por delante» Ibrahim Electric y la noruega Kristin Asbjornsen.

Snarky Puppy no es exclusivamente una formación de jazz, al menos no desde el punto de vista tradicional. La gestión de su sonoridad para por el jazz, sin duda, pero también por el sonido fusión, ciertos toques de jazz-rock progresivo y de nu jazz. Estos tejanos presentan «We like it here», desde donde enroscan la mente con poderosas canciones de diez minutos como «Lingus», donde, como en el resto del álbum, los vientos, percusiones y teclados juegan un papel fundamental. Recuerdan, con reservas, los viejos tiempos de Chicago Transit Authority o Blood Sweet and Tears.

Kristin Asbjornsen, por su parte, participará en la clausura del Festival en la Plaza de la Trinidad antes de la actuación de Dee Dee Bridgewater, una de las voces más expresivas del jazz actual y una de las figuras que Martín recomienda para el «gran público» junto a los conciertos de Bobby McFerrin y de Chick Corea y Stanley Clarke.

Otro punto que destaca es The Horrors, en el Escenario Verde de la playa de La Zurriola, viernes 25, destinado a las otras músicas y a la gente joven, a una audiencia que el festival espera acabar ganando para sus espacios más jazzísticos y de pago, pero a la que Martín cree que hay que «dejar tiempo». «Hay que esperar a que esa gente, que ahora tiene veintitantos y treintaitantos años llegue a los 40. Hay que dejarles que ellos mismos sientan la necesidad de pasar a otro escenario», señala.

Curioso pensamiento en una sociedad que culturalmente cada año es más trivial gracias a los medios de comunicación y los propios festivales que siguen la máxima de no asumir riesgos en favor de la aglomeración. Gente que desde sus respectivos ejércitos musicales, difícilmente rompen filas hacia estilos.

Jazzaldia, no obstante, realizará este año un estudio, similar a otro que llevó a cabo en 2008, para medir los públicos. «Sabemos que hay un nivel de fidelidad importantísimo entre el público del Escenario Verde y nos falta saber el trasvase que existe hacia los más jazzísticos», explica. Con deslenguado pensamiento podemos adelantar que trasvase residual o nulo.

En cuanto a los británicos The Horrors (sicodelia y shoegaze) llama la atención que repitan a dos años de su actuación en Kutxa Kultur, que se celebra en la misma ciudad. Al menos el próximo año cumplirían su décimo aniversario.

¿Qué más se puede ver en este Jazzaldia? Pues cien cosas más. Como la propuesta de los vascos Nevermind Trio, Telmo o Iñaki Salvador. Curioso será el pase de Chuck Prophet & Stephanie Fincha (pareja en la vida) en Mugari el viernes 25. Él un musicazo, ella, con un disco en solitario en onda americana, poca voz y comedido en venturas.

Desde el jazz o desde la playa, desde las terrazas o los museos, cinco días de roja intensidad donde, si puede ser, no falte el sol.

MIÉRCOLES 23

21.30>Ray Davies.

00.30> George Clinton: Parliament/Funkadelic.

22.00>Columbia Jazz Band.

21.30> Ukulele Clan Band.

23.00> Ukulel Snarky Puppy.

20.00>René Marie Quartet.

23.00> Ibrahim Electric

20.00>Víctor de Diego.

23.00> Za!

17.00>Rodrigo Martins & Band.

19.00> Ayo Silvers! Dj's.

12.00>Blanco y Negro Jazz Trío.

Todos los eventos con entrada libre.