Arantxa MANTEROLA BAIONA
UDATE | Baionako Bestak

La «guita», elemento indisociable de las fiestas aunque sean gratuitas

Atendiendo al principio de «igualdad» de las personas, las actividades del programa festivo de Baiona son gratuitas. Pero, a menos de ser un verdadero ermitaño, hace falta un mínimo de dinero. Además, en la capital labortana los precios son, en general, bastante elevados.

«Todas las actividades festivas propuestas en el programa son gratuitas» subrayaban los representantes de la comisión de fiestas en la presentación de las festividades de este año. Y así es.

Salvo alguna que otra, -por ejemplo la entrada para correr ante las vaquillas en la plaza Paul Bert cuesta 5 euros- no hay que pagar nada por escuchar música, bailar, participar en juegos y carreras, asistir a conciertos o admirar las carrozas o los fuegos artificiales.

Dicho esto, es evidente que aún así hace falta tener un mínimo del maldito «parné». Claro que no es imprescindible, a condición de vivir en el centro de Baiona o poder venir en bici de algún pueblo del alrededor no muy lejano, de traerte tu bokata y no beber más que el agua de la fuente pública.

Pero quien más o quien menos, dejará pasta. La cantidad dependerá de las posibilidades de cada cual, por supuesto. Sin embargo, sin hacer cosas extraordinarias, quienes vengan a Baiona, preparen los bolsillos.

Los precios de estos días en la capital labortana son muy variados. Un menú de fiestas con platos bastante similares (melón con jamón, entrecot con patatas y postre) puede costar de 17 a 29 euros (10 euros el menú infantil), dependiendo del restaurante y de si la bebida y el café entran. Precisamente, el café es algo bastante asequible (entre 1,10 y 1,30).

Un vino o una caña vienen a costar fuera de las fechas festivas 2,50 euros. Hay quienes han aprovechado estos días para ponerla a 3 o 3,5 euros lo que ha provocado enfado sobre todo entre los consumidores habituales del resto del año.

Precio milagroso

Aunque parezca milagroso, en algunas tabernas (por ejemplo, Corsaire o Chez Momo de la calle Tonneliers) se puede comprar una pequeña botella de agua simple a «tan solo 1 euro», algo casi imposible hasta hace bien poco ya que en los bares lo suelen vender al precio de los refrescos, o sea, entre 2,5 euros y 3 euros.

Con todo y mirando un poco por aquí y por allá, también se pueden aplacar los crujidos estomacales por precios bastante módicos. Los bocatas varían entre 3 y 4,50 euros. Hay establecimientos que proponen platos combinados por 8 euros (sin bebida) o incluso, platos exóticos a 5 euros como el pollo al modo africano con una salsa de cebollas al limón de Chez Baî en la calle Pontrique.

Si lo que se quiere es comer y beber productos del país de buena calidad, por segundo año consecutivo los agricultores de ELB proponen comidas y bebidas made in Euskal Herria, y además a precios muy asequibles, en la carpa de la explanada Chaho Pelletier.

Las ikastolas de Biarritz (Itsas Argia) y la de Angelu (Kimua) continúan proponiendo desde hace muchos años -los padres que atienden no saben cuántos «porque somos nuevos»-, en los locales contiguos al trinquete San Andrés del pequeño Baiona bocadillos, pastel, queso y, sobre todo, su especialidad, la brocheta de pequeños chipirones a 6 euros.

Transporte colectivo

Los organizadores insisten cada vez más en que se utilicen los transportes colectivos para acudir a las fiestas. Es más, ponen medidas disuasorias para incitar a ello, como cerrar la entrada al centro a los coches a partir de las 11.00 de la mañana. Los precios son, no obstante, bastante elevados, en particular los de los servicios nocturnos.

El bus de la aglomeración BAB que cuesta 1 euro normalmente, cuesta 4 por la noche (6 si es ida y vuelta). La tarifa del tren de noche desde Hendaia es única para niños y adultos: 12 euros ida y vuelta. Los parkings cuestan 1,50 la hora. Una semana entera viene a costar unos 75 euros, lo mismo que un mes en temporada normal.

Lo dicho, aunque no es vital, la «guita» es necesaria.

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