Alberto PRADILLA
DEBATE SOBRE EL MODELO TERRITORIAL EN EL ESTADO ESPAÑOL

Rajoy y Sánchez escenifican su pacto para evitar que Catalunya vote

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez coinciden en su rechazo a la consulta catalana y su defensa de la «unidad de España». Su única divergencia es cómo imponerla. Mientras que el nuevo secretario general del PSOE aboga por el cambio en la Constitución para apuntalar una estructura federal, el inquilino de Moncloa no ve «condiciones» para modificar la Carta Magna. Tras equiparar independentismo a violencia machista, el líder de Ferraz trató de matizar sus palabras.

El presidente español, Mariano Rajoy, y el recién nombrado secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, escenificaron ayer su sintonía para rechazar la consulta soberanista convocada en Catalunya para el 9 de noviembre. Ambos defienden que la prioridad es la «unidad de España» y solo mantienen divergencias respecto a la forma de imponerla. Mientras que el nuevo hombre fuerte de Ferraz insiste en la modificación de la Constitución española en clave federal, el jefe de Gobierno no cree que se «den las condiciones». Pese a que Sánchez afirmó haber encontrado «más diferencias que coincidencias» con Rajoy en su primer encuentro tras ser nombrado jefe del PSOE y a pesar de que que uno de sus principales mensajes ha sido el «no somos lo mismo que el PP», el nuevo líder de Ferraz ha seguido la senda de su antecesor, Alfredo Pérez Rubalcaba, y se ha colocado a la cabeza de la «gran coalición» anticonsulta.

«El presidente Rajoy ha reiterado al líder socialista su posición contraria a la consulta ilegal de autodeterminación que se pretende convocar en Catalunya y ha recordado que esa posición coincide con el voto expresado de forma mayoritaria el pasado mes de abril por el Congreso de los Diputados». El comunicado hecho público por Moncloa tras el encuentro se limita a reiterar lo que ya ha manifestado hasta la saciedad: su oposición a la consulta. No dio más pistas sobre qué le dirá al president Artur Mas, que mañana visita Moncloa casi un año después de su último encuentro con su homólogo español.

Sin «acción común»

Tampoco Sánchez avanzó cuál será el argumentario ni qué medidas tomará el Estado para vetar las urnas. Afirmó que sobre la consulta existe «coincidencia» entre PP y PSOE y aseguró que habían aprovechado el encuentro de ayer para «compartir reflexiones» y marcar las «líneas rojas» sobre lo que denominó «desafío soberanista». «La soberanía nacional es del pueblo español y la consulta no se puede realizar porque no es legal», insistió, utilizando un discurso calcado al que ha empleado Rajoy para oponerse a la consulta.

Lo que sí que descartó el secretario general del PSOE por el momento es una «acción común» con el Gobierno, más allá de haber votado conjuntamente en el Congreso. Además, dejó claro que espera que «no vayamos a llegar» hasta el extremo de aplicar el artículo 155 de la Constitución española, el que prevé la suspensión de la autonomía. «Eso no se va a producir. Artur Mas ha dicho que va a actuar conforme a la legalidad y yo le creo», afirmó, para después mostrar su disposición a mantener «una conversación» con el president. «Es tiempo no de levantar muros sino de tender puentes. De apostar por la unidad de España», proclamó.

La propuesta de cambio federalista en la Carta Magna es la única diferencia entre Sánchez y Rajoy. Como viene reiterando durante todo el fin de semana, el secretario general del PSOE cree que esta es la única alternativa al proceso soberanista. «Se trata de un paso en favor de la España federal, que cuente con el voto de todos los españoles. Creo que es la única solución y una necesidad urgente», afirmó. En este punto no encontró la complicidad de Rajoy. Según hizo público Moncloa después de la reunión, el presidente español considera que «no se dan las condiciones políticas necesarias para articular una propuesta con un consenso similar al que concitó la Constitución actual».

Intento de matiz

La sintonía entre Rajoy y Sánchez, incluso en la terminología y con la única diferencia del cambio federalista, tampoco debería de sorprender. El secretario general del PSOE ya había dejado claras sus posiciones el domingo, cuando equiparó independentismo y violencia machista como «palabras a erradicar». Ayer trató de matizar sus palabras, pero terminó otra vez empantanado.

Preguntado por los periodistas por el malestar generado por sus palabras (Amaiur habló de «insulto a la inteligencia» y EA denunció el «nulo talante democrático»), afirmó no haber querido molestar. «Honestamente, nunca tuve esa intención. Lo que hice fue una defensa de España federal», argumen- tó. «Si alguien se ha sentido ofendido, lo lamento. En el discurso hablé de los males y desafíos que erradicar. Y que solo los podemos superar juntos todos los españoles». Pedir perdón para decir lo mismo.