Joseba SALBADOR
ADJUDICACIÓN DE FAGOR ELECTRODOMÉSTICOS

El plan de CNA clarifica el futuro laboral de los empleados de Fagor

La oferta de mantenimiento de 705 empleos efectuada por CNA despeja en buena medida la incertidumbre que planeaba sobre el excedente de trabajadores de Fagor Electrodomésticos: entre 600 y 700 tras descontar recolocaciones, bajas voluntarias, excedencias y jubilaciones. No obstante, el problema de la pérdida de derechos de los socios sigue ahí, ya que serán dados de alta en el régimen general de la Seguridad Social.

El grupo catalán CNA, a quien el Juzgado de lo Mercantil adjudicaba este martes los activos de Fagor Electrodomésticos, planteó en su oferta el compromiso de mantener 705 puestos de trabajo en el primer año de actividad, cifra que iría aumentando hasta alcanzar los 840 en el cuarto año.

En principio, esta cifra cubre los excedentes de empleo existente actualmente en el grupo Mondragon tras el cierre de Fagor Electrodomésticos, que se sitúa en torno a los 600 o 700 empleos, tanto socios de la cooperativa como trabajadores por cuenta ajena pertenecientes a las empresas Edesa, Grumal y la propia Fagor.

Por una parte, de los cerca de 2.000 socios de Fagor, Mondragon ha recolocado en otras empresas del grupo a 1.050, según han confirmado a GARA fuentes de MCC, mientras otros 450 se han acogido a bajas voluntarias, excedencias y jubilaciones, con lo que quedarían alrededor de 500 socios a la espera de solucionar su futuro laboral.

Por otra, está el colectivo de 326 trabajadores por cuenta ajena de Fagor, que se ha rebajado hasta 122 después de las bajas voluntarias a cambio de indemnizaciones, muchas de ellas de comerciales que trabajaban en el Estado español.

Así pues, el número global de trabajadores que en este momento se encuentra sin trabajo no llegaría a 650, cifra inferior a los 705 puestos ofrecidos por CNA. Todo parece indicar, por tanto, que la demanda estaría bien cubierta.

No obstante, es de suponer que muchos de los trabajadores recolocados en otras plantas del grupo Mondragon tendrán que volver a Fagor, ya que la mayor parte de las reubicaciones son temporales, con lo que finalmente podría no llegar a cubrirse el número de empleos demandados. Además, no hay que olvidar que muchas de las recolocaciones se han llevado a cabo a costa de los trabajadores eventuales, que no se contabilizan en las listas de excedentarios.

Cumplir la palabra

La pregunta que se hacen ahora tanto los afectados directamente como la población en general es: ¿qué garantías existen para que CNA cumpla los compromisos adquiridos en la oferta presentada a la Administración Concursal?

Según fuentes consultadas por este diario, en el plano jurídico no hay posibilidades de reclamar a la empresa responsabilidades en el caso de que la cifra de puestos de trabajo sea inferior, ya que siempre podría alegar motivos económicos y de mercado. No obstante, las garantías sí serían mayores que las de cualquier otra empresa, en primer lugar, porque la adjudicación se ha basado en gran medida en la cifra de puestos de trabajo recogida en el plan industrial, en el que también vienen detalladas las inversiones a realizar.

Además, la cifra de empleos ofrecidos no es excesivamente elevada si, como pretende CNA, se van a poner en marcha todas las plantas productivas. Unido a ello, hay que señalar que la cantidad que CNA debe pagar en concepto de royalties por la utilización de la marca Fagor se reducirá a medida que aumente el número de puestos de trabajo. Incluso podría librarse de pagar si alcanza el máximo de empleos pactado.

Condiciones laborales

En cuanto a los trabajadores por cuenta ajena, uno de los compromisos adquiridos por CNA en la Comisión Negociadora con la Administración Concursal ha sido que abonará una indemnización complementaria de 18.000 euros a cada uno de estos 122 empleados que fuera despedido después de la firma del contrato.

Eso sí, el grupo catalán no estará obligado a subrogar las condiciones laborales de estos trabajadores; es decir, ninguno de ellos conservará la antigüedad, ya que el juez entiende que no existe transmisión de empresa, puesto que el objeto de la venta ha sido un conjunto de activos «sin masa laboral y con las empresas inactivas».

En cualquier caso, los sindicatos ELA y LAB, presentes en las negociaciones con el grupo CNA, han pactado la aplicación del convenio sectorial metalúrgico de Gipuzkoa con la actualización correspondiente del IPC, lo que significa, según asegura la empresa, un nivel retributivo «igual o superior» al que tenían en Fagor.

Pese a estos acuerdos, el traspaso de trabajadores desde Fagor a CNA no va a estar exento de dificultades, ya que los socios de la cooperativa, gran parte de ellos con muchos años de cotización, perderán todos sus derechos al ser dados de alta en el régimen general de la Seguridad Social.

Este es uno de los principales aspectos en los que incide el colectivo de socios de Fagor, el de la pérdida de la condición societaria a la que se van a ver abocados centenares de ellos. «Van a perder todos los derechos de los cooperativistas, incluso los derechos que tenían con Lagun Aro», señalan.