Mikel CHAMIZO
UDATE | QUINCENA MUSICAL

La Quincena celebra su 75 cumpleaños

La Quincena Musical de Donostia celebra este año una edición especial, la número 75, y lo hace echando la vista atrás al nacimiento del festival en 1939. Se recuperarán varias obras que sonaron en aquella primera Quincena Musical, como la ópera «La Bohème» o el «Concierto para piano» de Grieg. Per sonn muchos más los atractivos de esta edición conmemorativa por la que pasarán artistas tan destacados como John Elliot Gardiner, René Jacobs, Ivan Fischer o Jorge Luis Prats, y orquestas como las de Rotterdam, Budapest o Toulouse.

La Quincena Musical de Donostia pondrá en marcha mañana su edición número 75, cifra de vértigo para un festival que es el más antiguo del Estado y parte de la historia viva de la ciudad. Tras su creación en los meses posteriores al fin de la Guerra Civil, en 1939, con la denominación de Mes Musical, la Quincena ha ido atravesando etapas más o menos prósperas, pero en su larga trayectoria ha acercado hasta Donostia a la práctica totalidad de los mejores músicos de la segunda mitad del siglo XX, creado y alimentado la imagen de Donostia como centro musical importante y atraído a un tipo de turismo que encuentra en las playas y la gastronomía el contrapunto perfecto a su melomanía.

En los últimos años, al igual que en otros muchos ámbitos, la Quincena Musical ha tenido que hacer frente a fuertes recortes que han mermado la cantidad de su oferta. Si en la década de 2000 hubo ediciones que llegaron a rozar el centenar de conciertos, en la de 2010 la oferta se ha ido reduciendo paulatinamente hasta quedarse en algo más de 60. Las grandes estrellas de la clásica, por su parte, han pasado de ser presencia habitual en la ciudad a una excepción. La Quincena se está reformateado en un festival menos fastuoso que antaño, para amantes entendidos antes que para el público que se deja seducir por el glamour de los grandes nombres, pero en ese camino hacia la moderación sus gestores han querido hacer un alto y celebrar el 75. cumpleaños del festival como lo merece. Porque la que mañana comienza es, al menos sobre el papel, la mejor edición de los últimos años.

En el ciclo sinfónico que trancurre en el Kursaal destaca la presencia de tres grandísimos directores y sus respectivas orquestas. El día 5, John Elliot Gardiner, los English Baroque Soloists y el Coro Monteverdi, pioneros y referentes del movimiento de la música antigua, ofrecerán un programa en torno a Bach, Scarlatti y Haendel. Un día más tarde, el 6 de agosto en el Victoria Eugenia, será René Jacobs, otro grandísimo maestro del Barroco, quien aborde un programa dedicado a las cantantas de Bach junto a la estupenda Helsinki Baroque Orchestra y cantantes tan señalados como Topi Lehtipuu. El último director absolutamente imprescindible de esta edición llegará a Donostia en los dos últimos días del Festival. Se trata de Ivan Fischer y la Orquesta del Festival de Budapest, un tándem de sobrecogedora calidad que ya ha visitado la Quincena en ocasiones previas. El 30 de agosto harán un monográfico Brahms, con dos de sus grandes sinfonías, y el 31 clausurarán la Quincena con un ambiente festivo y músicas de Schubert, Mahler y la familia Strauss (los de los valses).

Estos son, quizá, los más destacados directores de esta edición, pero no los únicos. La Quincena trae también a dos de los mejores representantes de la nueva generación de directores, empezando por Tugan Sokhiev, que inaugura mañana el festival con ese gran monumento sinfónico-coral que es «La condenación de Fausto» de Berlioz. Lo hará junto a la orquesta de la que es titular, la del Capitolio de Toulouse, y el Orfeón Donostiarra, gran especialista en esta obra. El sábado, Sokhiev y su orquesta volverán a subirse al escenario del Kursaal para unos «Cuadros de una exposición» de Mussorsgki, que se adivina que saldrán espectaculares, y el popular «Concierto para piano» de Grieg con la decana del piano ruso, Elisabeth Leonskaja, como solista. Otro joven director de enorme éxito, Yannick Nézet-Séguin, protegido de Gergiev, llegará junto a la orquesta que heredó de este, la Filarmónica de Rotterdam, para nada menos que tres conciertos consecutivos los días 24, 26 y 27 de agosto. Destacaremos los dos primeros, con la «Sinfonía nº6, Trágica» de Mahler y el «Requiem» de Verdi, de los que pueden saltar chispas si pensamos en la energética forma de dirigir de Nézet-Séguin.

Entre los espectáculos de gran formato falta por señalar, por supuesto, la imprescindible ópera, este año un título tan popular como es «La Bohème» de Puccini (15 y 17 de agosto). Con la dirección escénica de Davide Livermore y la musical de José Ramón Encinar, al frente de la Orquesta de Euskadi, contará con un interesante elenco vocal con Gal James y Teodor Ilincai en protagonistas principales. Este año se recuperará, además, el ballet, que por motivos presupuestarios había desaparecido de varias de las últimas ediciones. Será el Ballet de Víctor Ullate el que, el 29 de agosto, baile en el Kursaal músicas de Beethoven, Ravel y Luis Delgado.

Los otros ciclos

Aunque los grandes conciertos sinfónicos y la ópera acaparan casi todas las miradas, muchos de los tesoros de la Quincena Musical se esconden en sus espectáculos de pequeño formato. Son demasiados para descubrirlos todos aquí, pero ningún amante del piano debería perderse, por ejemplo, el recital que el cubano Jorge Luis Prats ofrecerá el día 3 en el Victoria Eugenia. Prats, prácticamente desconocido hasta que hace unos fue descubierto y lanzado a nivel mundial, es un pianista inmenso que traerá a Donostia músicas de Schumann y Granados. Imprescindible es también la actuación de La Colombina el lunes 4 en el Convento de Santa Teresa. El cuarteto vocal, uno de los conjuntos más queridos por el público de la Quincena, se reencontrará con un programa titulado «El siglo XVI hispánico». En ese mismo ciclo de música antigua destaca, el viernes día 8, el Garnati Ensemble, que ofrecerá una novedosa y provocadora transcripción de las «Variaciones Goldberg» de Bach.

Entre los cinco conciertos del Ciclo de Música Contemporánea, que tendrá lugar el 21 y el 29 de agosto, parecen imprescindibles los experimentos de Iñaki Alberdi con un nuevo instrumento, el acordeón microtonal, así como la presencia de uno de los grupos especializados más importantes del estado francés, el Ensemble L'Instant Donné, con músicas de Schöllhorn, Corrado, Jamet y el gasteiztarra Iñigo Giner (29 de agosto). La música contemporánea estará también muy presenté en el Ciclo de Jóvenes Intérpretes, organizado junto a Musikene y uno de los que más ha crecido en público en los últimos años. Dúos, tríos, cuartetos y quintetos de diversa índole presentarán una buena muestra de música de cámara entre el 18 y el 23 de agosto.

Itinerante

Queda hablar por último de la Quincena Andante, la iniciativa que lleva la música a numerosas localidades fuera de Donostia. La tradicional excursión, que sigue siempre un itinerario por el Camino de Santiago salpicado de actuaciones musicales, irá este año desde la ermita de San Pelayo en Zarautz hasta Askizu (Getaria), el 24 de agosto. La Quincena visitará también Hondarribia, Gernika -un recital con Kirmen Uribe-, Zumaia, Donibane Garazi, Orio, Irun, Leire, Bergara, Azkoitia, Amezketa, Oñati, Gasteiz, Araia, Guardia y Artziniega. Un importante despliegue geográfico de música con algunas propuestas realmente interesantes, como «De Irún al mundo», opereta biográfica sobre la vida de Luis Mariano (16 de agosto) o «Garai hura gara», con bertsos de Andoni Egaña, que celebra el 250 aniversario del nacimiento de Fernando Amezketarra (cómo no, en Amezketa, el 29 de agosto). Esta Quincena trae, en fin, propuestas para todos los gustos y bolsillos que complementan unos conciertos principales muy interesantes en el plano artístico.

Donostia se convierte en «un gran auditorio»

La Quincena Musical de Donostia arranca mañana su 75 edición con «una gran fiesta musical» que incluirá 17 conciertos con los que este festival aspira a convertir la ciudad en un «gran auditorio», según el

director adjunto de la Quincena, José Antonio Echenique. Él ha sido el encargado de presentar la jornada inaugural de esta 75 edición en una rueda de prensa en la que ha comparecido junto a algunos de los músicos que protagonizarán los 17 recitales programados en los distintos barrios de la capital.

Echenique ha dicho que el objetivo es «convertir San Sebastián en un gran auditorio» en que resonará una sinfonía que tendrá distintos movimientos, tantos como recitales, y que se prolongará «doce horas».

La jornada acogerá además el primero de los conciertos del Palacio Kursaal, protagonizado por la Orquesta Nacional del Capitolio de Toulouse, el Orfeón Donostiarra y el Orfeoi Txiki, que interpretarán «La Condenación de Fausto- de Héctor Berlioz en lo que, según Echenique, promete ser «un gran recital».

Las 16 audiciones restantes, que aúnan desde danza y música coral hasta percusión y pirotecnia, serán gratuitas y culminarán en las terrazas del Kursaal, con el espectáculo de Xarxa Teatre «Veles e vents», que muestra a los espectadores un mar idílico, pero también apocalíptico, a través de un montaje que combina música, juegos de luces y pirotecnia, con un amplio elenco de actores y bailarines.

De esta manera, los ciudadanos podrán disfrutar de conciertos en plena calle, en medio de un parque o en una terraza pública a orillas de la bahía de La Concha.

Propuestas tan dispares como las de las formaciones Perküten Dúo y Metaleak Brass, creadas en Musikene; las de los coros Donosti Ereski Abesbatza y Landarbaso, la de la soprano Teresa Albero y la del pianista Arkaitz Mendoza sonarán en la capital donostiarra, donde la danza estará presente en distintos espacios como el Museo San Telmo a través de un espectáculo del músico Juan Mari Beltrán.

Esta ambiciosa jornada servirá de punto de partida para una 75 edición que, según sus responsables, cuenta con una programación «redonda» artísticamente, en la que se apuesta además por una «gran producción» de «La Bohéme», del Palau de les Arts de Valencia.

GARA