Aitor AGIRREZABAL
Referéndum sobre la independencia de Escocia

Salmond y Darling despiertan el interés de la amplia masa de votantes indecisos

Los primeros sondeos realizados por el diario «The Guardian» arrojaron que el «sí» ha ganado cuatro puntos, los mismos que ha perdido el unionismo, tras la celebración del debate televisivo entre Alex Salmond y Alistair Darling.

El cara a cara que mantuvieron el martes por la noche el ministro principal de Escocia, Alex Salmond, y el líder de la campaña «Mejor Juntos», el laborista Alistair Darling, ha supuesto un punto de inflexión en el camino hacia el referéndum. El duelo dialéctico no aportó argumentario nuevo al debate, pero sirvió para que ambas partes pusieran sobre la mesa, y delante de una masa mucho más amplia que la que acostumbra a acudir a los mítines, sus ideas sobre la futura Escocia.

La posición de cada uno de ellos quedó clara desde el primer minuto. En la primera ocasión que tuvo, Darling preguntó al líder del SNP (Partido Nacional Escocés) sobre su «plan B» en cuestión de moneda. La respuesta del nacionalista fue contundente: «No hay `plan B' porque compartir la libra es lo mejor tanto para Escocia como para el resto del Reino Unido y, si gana el «sí», lo reconoceréis tras la consulta». En este punto, Salmond definió una de las claves de todo el proceso: «El tema de la moneda, así como otros muchos puntos, se debe resolver mediante negociación, pero para ello es necesaria la voluntad de ambas partes».

En el mismo sentido se refirió a la pertenencia a la UE. Mientras Darling apeló a que no está claro el futuro de Escocia dentro del club europeo, Salmond defendió que no hay ningún indicio para pensar lo contrario, y que se negociaría en el período entre el referéndum y la declaración de independencia.

Si un tema anduvo dando vueltas durante toda la noche, ese fue el del gasto público. Salmond, en su primera intervención, mencionó los recortes en Servicios Sociales, Sanidad y Educación que han llegado desde Londres, asegurando que esa no es la Escocia que ellos quieren. Darling, en su turno, replicó que la unión permitirá a Gran Bretaña transferir dinero de ricos a las zonas más pobres, lo que provocó las carcajadas de gran parte del auditorio.

Independencia exitosa

En este punto, y aprovechando la cercanía de Clyde, donde se encuentran los submarinos nucleares, el independentista contrastó la existencia de bancos de alimentos con la de depósitos de armas nucleares. «Allí se encuentra la mayor concentración de las armas de destrucción masiva de Europa y el Gobierno británico tiene intención de gastar 100.000 millones en el mantenimiento de este tipo de armas», mientras que en los alrededores de Glasgow hay 35 bancos de alimentos que sirven a miles de familias.

El laborista volvió a verse contra las cuerdas cuando el ministro principal le preguntó si estaba de acuerdo con David Cameron en que Escocia podría ser un país independiente de éxito. Tras varios intentos, no recibió respuesta alguna y Darling se limitó a mencionar la importancia de conocer «los riesgos asociados a la independencia».

El público también fue participe y una joven votante unionista interpeló a Salmond sobre cómo puede ser viable un Estado tan pequeño como Escocia. El premier llegó con el trabajo bien hecho de casa y respondió a la joven con datos: «43 de los 71 países que han participado en los recientemente finalizados Juegos de la Commonwealth son más pequeños que Escocia, al igual que 12 de los 28 países de la UE. Y pocos, por no decir ninguno, cuenta con los recursos naturales con los que ha sido bendecido nuestro país».

Cada vez que Darling perdía el hilo del debate, se limitaba a repetir que «desean lo mejor de ambos mundos para Escocia», haciendo referencia a una oferta de aumento de poderes para un Parlamento escocés fuerte, respaldado por «un Estado consolidado como el Reino Unido». El unionismo ha realizado un cambio de estrategia en las últimas fechas, al pasar de limitarse a crear dudas y miedo a ofrecer una mayor devolución de poderes al Parlamento de Edimburgo.

Precisamente, si algo sorprendió en la noche del martes fue la pregunta de Salmond sobre las razones que les habían llevado a autodenominarse «Proyecto Miedo». Tras negarlo en varias ocasiones, Darling tuvo que escuchar varios ejemplos de boca del líder del SNP, ante lo que ofreció una pobre respuesta: «Lo hacíamos en broma».

Argumento democrático

«Yes Scotland» ha hecho hincapié en las últimas fechas en el argumento democrático de la independencia. «Estamos gobernados por partidos de Westminster que no hemos elegido», matizó Salmond. Darling, por su parte, contestó que la independencia no puede ser un asunto de fe ciega. «Se trata del futuro de nuestros hijos y nietos». Además, advirtió en un tono que parte del público entendió como una amenaza de que si se vota por la independencia «no habrá marcha atrás».

Salmond hizo gala de su fama de buen orador y se mostró más cómodo sobre el plato y la propuesta positiva que ofreció frente al negativismo de la campaña unionista puede tener su peso. Sin embargo, y pese a que Darling no pudo ofrecer nada, habrá que esperar a ver cuál es el efecto que este primer debate televisado tiene sobre la masa votante a seis semanas del referéndum.

CRECE EL «SÍ»

El debate comenzó con un sondeo encargado a Ipsos Mori, que mostró un aumento de dos puntos para el «sí» con respecto a la encuesta de finales de junio. Según esos datos, el 40% apoyaría la independencia, el 54% la unión y el 6% seguiría indeciso.

AUDIENCIA

El cara a cara fue seguido por 1,7 millones de espectadores. En un país de poco más de cinco millones de habitantes, 1,2 siguieron el programa por el canal de televisión STV, mientras que 500.000 lo hicieron a través del streaming en la página web.

EDUCACIÓN

Salmond aprovechó una pregunta del público para preguntar a Darling cómo afrontan la cuestión de la educación, teniendo en cuenta que gran parte del unionismo es conservador y apuesta por privatizar la educación. Tampoco hubo respuesta.