GARA MOSUL
Ofensiva yihadista en Oriente Próximo

Los combatientes kurdos infligen al EI su mayor revés y planean el asalto a Mosul

Combatientes kurdos, apoyados por bombardeos estadounidenses, continúan su contraofensiva contra los yihadistas del Estado Islámico (EI) en Kurdistán Sur tras infligir a esta organización su mayor revés al recuperar totalmente el control sobre la presa de Mosul, la más grande de Irak.

La ofensiva lanzada el 9 de junio por insurgentes suníes y el EI fue ganando terreno ante la impotencia del Ejército iraquí para frenar su avance y han sido las tropas kurdas (peshmergas) a las que se han unido guerrilleros kurdos del PKK, las YPG y el PJAK, las que han detenido su progresión en Kurdistán Sur.

Los combates continuaron ayer al sur de la presa de Mosul, mientras equipos de expertos inspeccionaban el lugar en busca de explosivos que podrían haber dejado los yihadistas.

Un portavoz de las Fuerzas Armadas iraquíes, el teniente general Qassim Atta, explicó que la operación para expulsar a los milicianos del EI de ese estratégico lugar fue desarrollada conjuntamente por combatientes kurdos y fuerzas «antiterroristas» del Ejército, con el apoyo de una patrulla área conjunta, sin precisar si se trató de aparatos estadounidenses.

Durante el fin de semana aviones no tripulados y cazas estadounidenses bombardearon varios objetivos de los yihadistas en apoyo a la ofensiva liderada por los peshmerga. Ayer, el mando militar de EEUU para Oriente Próximo y Asia Central dijo haber realizado 15 ataques aéreos.

El Gobierno iraquí criticó el domingo los bombardeos de EEUU contra posiciones del EI y la entrega de armas a los peshmerga, alegando que no se ha concedido permiso para ello. «El Gobierno de Irak no ha dado permiso a ningún avión militar para violar el espacio aéreo iraquí», dijo el Comando General de las Fuerzas Armadas, que, no obstante, recalcó que Bagdad da «la bienvenida al apoyo de la comunidad internacional a Irak en su lucha contra el terrorismo, aunque es necesario que se respete su soberanía».

Al margen de este tipo de declaraciones que no van más allá, sobre el terreno el objetivo de las fuerzas kurdas y las tropas iraquíes ahora es lanzar un asalto contra la ciudad de Mosul, con la esperanza de recuperar su control de manos del EI.

«La nueva táctica de lanzar un ataque rápido rodeado de secretismo ha demostrado ser exitosa y ahora estamos decididos a seguir las nuevas estrategias de asalto con ayuda de información de Inteligencia suministrada por EEUU», explicó el portavoz de la unidad «antiterrorista», Sabah Nouri, a Reuters. «La próxima parada será Mosul», subrayó.

Por otro lado, las fuerzas de seguridad iraquíes, apoyadas por milicias tribales suníes, recuperaron el control de la región de Al-Uqda, en la provincia de Al-Anbar.

En Siria

Antes de la ofensiva de Irak, el EI irrumpió en la guerra de Siria, donde las fuerzas gubernamentales bombardean desde hace unos días sus posiciones en y en torno a Raqqa, importante bastión de los yihadistas en el este del país. La veintena de bombardeos se dirigieron también contra la base militar de Al-Tabqa, bajo control gubernamental y rodeado por los milicianos.

Uno de esos ataques destruyó la planta de agua de la ciudad, dejando sin suministro a hogares y negocios, según los residentes.

El opositor OSDH denunció que las fuerzas leales a Al-Assad había evitado atacar a los yihadistas, permitiendo su avance, mientras debilitaba a otros grupos opositores armados que tienen el respaldo de Occidente.

Cameron descarta implicarse en otra guerra en Irak

El primer ministro británico, David Cameron, aseguró ayer que Gran Bretaña no se implicará en otra guerra en Irak y que su participación es solo «humanitaria» en la operación en marcha en el norte del país.

Cameron afirmó el domingo que Londres tiene que utilizar su capacidad militar para hacer frente a los avances de Estado Islámico (EI), alertando de que este grupo podría crear «un Estado terrorista en las costas del Mediterráneo» y podría llegar a «atacarnos en las calles de Reino Unido». Ayer descartó un despliegue de tropas en Irak para intervenir en el conflicto al que hacen frente los peshmerga, con el apoyo de la aviación de EEUU y del Ejército iraquí, pero también de los combatientes kurdos del PKK, de las YPG y del PJAK, después de que su ministro de Defensa, Michael Fallon, admitiera que el papel de Londres va más allá de la simple labor humanitaria.

En una visita a la base británica en Chipre, Fallon dijo que las Fuerzas Armadas (RAF) llevan a cabo misiones para recabar información secreta sobre los movimientos de los milicianos del EI y advirtió de que Gran Bretaña podría estar involucrada en misiones militares en Irak durante «semanas y meses» para ayudar a frenar el avance de los yihadistas.

Cameron quiso tranquilizar a los británicos al señalar que su país no se implicará en otra guerra en Irak enviando tropas, y agregó que lo que tiene que hacer es «utilizar todos nuestros activos, nuestra diplomacia, nuestras relaciones políticas, nuestra ayuda, la destreza militar y la experiencia para ayudar a los otros y usarlos como parte de una estrategia para presionar al EI». GARA