GARA TEL AVIV
Masacre israelí en Gaza

La Franja de Gaza es de nuevo bombardeada en medio de la destrucción

Una más que destrozada Franja de Gaza fue ayer escenario de nuevos ataques aéreos israelíes después de que el primer ministro Benjamin Netanyahu ordenase al Ejército responder al lanzamiento de tres cohetes que cayeron en zonas no habitadas cerca de Beersheva. Las bombas israelíes mataron anoche a una niña y a una mujer palestinas.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dio ayer por muertas las negociaciones con los grupos palestinos en Egipto y ordenó a su Ejército responder al lanzamiento de cohetes desde la Franja de Gaza. Tres de estos cohetes cayeron en descampados cercanos a Beersheva, la ciudad más poblada del sur de Israel, sin causar daños ni víctimas. Las sirenas también se escucharon en Netivot y Sdot Negev.

La aviación bombardeó varias zonas agrícolas en Beit Lahiya así como otras áreas del norte de la Franja. Una niña de dos años y una mujer murieron. La agencia palestina Ma´an informó de que dos niños resultaron heridos en Rafah, mientras que miles de gazatíes emprendían la huida de las zonas fronterizas con Israel por temor a los bombardeos. Sin revelar los lugares atacados, el portavoz militar, Peter Lerner, aseguró que «el Ejército continuará atacando infraestructuras terroristas y elimi- nando su capacidad en Gaza para restablecer la seguridad en el Estado de Israel».

Este mismo lunes, el enviado especial de la ONU para Oriente Medio, Robert Serry, advirtió ante el Consejo de Seguridad de la ONU de que la siguiente escalada bélica no era «más que cuestión de tiempo» y que se requieren soluciones de fondo para evitar otro ciclo de violencia.

En su exposición pública, calificó de «estremecedor» el balance de víctimas mortales de la ofensiva militar «Margen protector». «No podemos permitir que se quede Gaza en las condiciones en que se encontraba antes de esta situación», remarcó.

Aunque todavía no hay datos exactos sobre los daños en las infraestructuras sufridos en Gaza, Serry anticipó que el volumen de reconstrucción «será tres veces» lo que se necesitó durante la ofensiva de 2009.

«La reconstrucción es la principal prioridad. Gaza necesita viviendas, escuelas y hospitales, no cohetes, túneles ni conflictos», insistió Serry.

El ministro gazatí de Vivienda y Obras Públicas, Mufid Hasayna, precisó que cerca de 40.000 construcciones de todo tipo fueron destruidas o severamente dañadas. Además, «unas 250 industrias, comercios e infraestructuras agrícolas han quedado inútiles», y más de 250.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares.

«5.238 viviendas han sido destruidas por completo, 30.000 han sido dañadas pero aún son habitables, y 4.374 han sufrido daños mucho más severos que las hacen inhabitables», agregó.

Estimó que las perdidas pueden superar los 5.000 millones de dólares. Yasir Amro, viceministro de Economía, indicó que de esas pérdidas, cerca de 3.000 millones de dólares corresponden a la industria y a la agricultura. «Durante estas últimas cinco semanas, el ciclo productivo ha estado totalmente paralizado. Sectores como la agricultura, la pesca y la industria no han funcionado. A todo ello hay que añadir el enorme daño sufrido por infraestructuras fundamentales como la electricidad y el agua», afirmó.

Los bombardeos de julio también alcanzaron a la única compañía farmacéutica de la Franja de Gaza, cuyas pérdidas alcanzan el medio millón de dólares. Las bombas destrozaron equipamientos, generadores eléctricos y materiales para la fabricación de medicamentos.

«Aquí únicamente fabricábamos medicinas e Israel lo sabía. No tenía ninguna excusa para bombardearnos», denunció en declaraciones a Ma´an el director general de la compañía, el doctor Marwan al-Astal.

En las actuales circunstancias y de mantenerse el bloqueo y asedio militar impuesto a los cai dos millones de gazatíes desde hace siete años, Amro consideró una labor titánica y casi imposible la reconstrucción de Gaza.

De regreso al Estado español para informar y concienciar a la opinión pública, el activista de Unadikum Manu Pineda, quien haciendo de escudo humano vivió de primera mano los bombardeos e intentó evitar el ataque al hospital de Wafa, auguró que «los palestinos no se conformarán con un alto al fuego que suponga volver al bloqueo» y que si este no es levantado morirán más personas que durante la ofensiva de julio porque no habrá medicinas ni comida.

Recordó que los palestinos no pueden escapar de las bombas, por lo que durante los ataques cada familia se reúne en una habitación rezando para que no les maten.