Jose Angel Oria
Capacidad militar de la resistencia palestina

Los peces también aprenden

La resistencia palestina ya no es tan débil como en las anteriores agresiones militares israelíes. Diversos medios de comunicación han analizado los recursos con que cuentan ahora Hamas y las demás organizaciones. Los gazatíes han aprendido mucho de su propia experiencia. «Es seguro que son superiores a lo que esperábamos. Ellos han extraído lecciones de las experiencias del Hizbulah libanés y de nuestras operaciones pasadas», relataba un sorprendido oficial del Ejército de ocupación al diario «Ha'aretz».

Es como dispararle a peces en un barril». De esa forma tan gráfica explicaba James E. Jennings -presidente de Conciencia Internacional y director de Académicos de Estados Unidos por la Paz- las características del desigual conflicto armado que se desarrolla en la Franja de Gaza. 2.075 palestinos muertos por un lado, y 67 israelíes (tres de ellos, civiles) por el otro. Los soldados del cuarto Ejército más poderoso del planeta -con armamento ultramoderno, tanques, aviones, barcos y toda la munición que quieran- tienen al enemigo encerrado en un pequeño territorio, casi desarmado, agotado, ham- briento, sin poder usar las nuevas tecnologías, evitando salir a la luz del día... Un barril lleno de peces, esperando a ser capturados o eliminados.

Los datos dejan clara la ineficacia relativa de los cohetes que dispara Hamas. Tras miles de lanzamientos, solo tres civiles murieron del lado israelí. «Eso es mucho menos que los ocho estadounidenses muertos accidentalmente en 2013 con fuegos artificiales en los festejos del 4 de julio», el día de la independencia de Estados Unidos, destacó Jennings a la agencia IPS hace unas semanas.

Sin embargo, Israel no está como para celebrar nada. La contundente victoria de la que hablan los fríos datos no se corresponde con la sensación que tienen los israelíes de que hay algo que no va bien. Un artículo publicado en el diario israelí «Ha'aretz» evocaba la muerte de un número considerable de soldados en Gaza y citaba a un oficial que participó en una misión en Shuyaiya. Según el oficial, los equipos y las tácticas de los combatientes de Hamas recuerdan cada vez más a las de los efectivos de Hizbulah, el movimiento libanés. «Hay por todas partes trampas y bombas artesanales. Contrariamente a lo que sucedía en el pasado, los combatientes de Hamas no retroceden ante el avance de los soldados israelíes», señaló.

«Son superiores a lo que esperábamos», reconoció un ocupante. Un sorprendido oficial del Ejército de ocupación hacía su valoración a «Ha'aretz»: «Esto no es un desastre. Somos capaces de afrontarlo. Hemos matado a más combatientes de Hamas que soldados israelíes han matado ellos. Pero es seguro que son superiores a lo que esperábamos. Ellos han extraído lecciones de las experiencias del Hizbulah libanés y de nuestras operaciones pasadas». Quizá los políticos sionistas creyeron que bombardear Gaza les iba a resultar tan barato como en las agresiones anteriores, pero la resistencia palestina les sacó de su error porque ha aprendido.

«Nos atacaban como fantasmas». Los medios israelíes se preguntaron cómo es posible que 13 militares de la unidad de élite Golani murieran y otros 50 resultaran heridos en Shuyaiya. En el sitio israelí «Wala» uno de los soldados que escoltaban a pie a los vehículos blindados relató lo vivido. «La atmósfera en el seno de la unidad era muy difícil. Vimos al jefe de la unidad herido bañado en su propia sangre y con su pierna amputada. Su adjunto resultó muerto. Y el jefe de la unidad de los servicios de Inteligencia militar fue gravemente herido». Al principio ellos creyeron que el vehículo había sido alcanzado por un misil antitanque Kornet. Sin embargo, fue un enorme artefacto explosivo el que explotó a su paso. «Después los vimos salir del suelo. No podíamos entender de dónde salían. Ellos se desplazaban como fantasmas. Salían de túneles sin que les diéra- mos ninguna importancia. Se dirigieron derecho a los vehículos de transporte de los soldados. Bajo nuestros ojos no había más que sangre y restos humanos. No lográbamos distinguir a nuestros compañeros. Las escenas de destrucción y la confusión nos rodeaban. Los soldados gritaban y se movían sin cesar. Estábamos petrificados».

Según el diario israelí «Maariv», en otro episodio negativo para la fuerza ocupante, los soldados fueron atraídos a una emboscada a una zona en la que fueron abatidos uno tras otro por un francotirador.

La capacidad militar de la Franja es «mayor que nunca», declaró a la agencia Efe Jaled Qadumi, representante de Hamas ante Irán, en su despacho de Teherán. Sus palabras no están exentas de un comprensible triunfalismo, pero seguro que los datos que aporta han sido tenidos muy en cuenta por Tel Aviv. Qadumi detallaba «avances militares» en capacidades terrestres, marítimas y aéreas. «Hemos doblado el alcance de nuestros proyectiles. En 2012 llegábamos a 80 kilómetros y ahora a 180». El arsenal disponible en Gaza incluiría «los M-75 (75 kilómetros de alcance), los J-80, los R-160 y los Y-180, todavía no utilizados».

«La falta de Inteligencia es el gran fracaso de Israel», explicaba al periodista vasco Mikel Ayestaran el analista Ibrahim al-Madhum. «No han parado de dar palos de ciego porque no tienen la red de informadores que tenían antes», añadía. Si el Ejército israelí no tiene a alguien señalándole dónde golpear, «están perdidos». Hamas y las demás organizaciones de la resistencia han tomado diversas medidas para acabar con los palestinos que colaboran (normalmente siendo víctimas de chantaje) con Israel y lo vivido estas últimas semanas parece confirmar que han avanzado mucho en ese terreno. Ayer mismo fueron ejecutados tres presuntos «colaboradores».

Red de comunicaciones «Made in Gaza». El desarrollo de su propia red de comunicaciones, como hizo Hizbulah en Líbano, es presentado por el diario libanés «Al-Akhbar» como un gran avance para la resistencia palestina. Dicha red convierte en inútiles los aparatos más modernos de espionaje con que cuenta Israel. Los espías ya no oyen nada. Unos sencillos cables lo impiden.