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La muerte del primer niño israelí parece alejar el diálogo sobre Gaza

El Ejército israelí y la resistencia palestina prosiguieron ayer los combates en medio de tenues indicios que apuntaban a que la negociación para el alto el fuego podría reanudarse en breve, hasta que un proyectil gazatí mató a un niño israelí, el primero desde que comenzara la agresión de la fuerza ocupante. Aunque en las últimas semanas Tel Aviv ha matado a más de 500 menores palestinos, al fallecimiento del niño de cuatro años le siguieron las graves amenazas de Netanyahu.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, aseguró que «Hamas pagará un alto precio» por la muerte del niño de cuatro años alcanzado por fuego de mortero ayer en un kibbutz cercano a la Franja de Gaza.

Netanyahu habló por teléfono con un funcionario local para condenar estos hechos, según «The Jerusalem Post». Prometió que las operaciones contra Hamas en Gaza seguirán «hasta que se cumplan los objetivos de la operación Margen Protector».

El embajador de EEUU en Israel, Dan Shapiro, condenó «en los términos más rotundos» la muerte del menor y reiteró el «derecho» de Israel a defenderse.

La web israelí Aurora Digital calculó que «más de cincuenta cohetes fueron disparados contra el sur del país este viernes. Uno de ellos hizo impacto directo contra una sinagoga de Ashdod. Una mujer resultó con heridas moderadas, y otras dos personas con heridas leves. Diez personas fueron tratadas en estado de shock».

2.090 palestinos muertos

Al otro lado de la frontera, al menos cuatro palestinos murieron en ataques aéreos del régimen israelí contra la Franja de Gaza, de acuerdo con fuentes médicas. Según el portavoz de los servicios de emergencia en Gaza, Ashraf al-Qudra, el número de palestinos muertos a causa de las agresiones israelíes iniciadas hace 46 días llega a 2.090, mientras la cifra de heridos sobrepasa los 10.490.

Al anochecer en Palestina, parecía desinflarse definitivamente el relativo optimismo previo, que se sostenía en declaraciones realizadas la noche del jueves por una fuente cercana al primer ministro israelí y en el alentador resultado de la primera reunión en Doha del presidente palestino, Mahmud Abbas, y el líder político de Hamas en el exilio, Khaled Meshaal.

Ambos volvieron a reunirse ayer por la mañana en la capital qatarí bajo los auspicios del emir Tamin bin Hamad al Zani para tratar de acercar las posturas que les distancian sobre el control de la seguridad en la Franja de Gaza. Coinciden en que el levantamiento del bloqueo económico y el asedio militar con el que Israel estrangula Gaza -con ayuda de Egipto- son el objetivo prioritario, junto a la apertura de la frontera en Rafah, del corredor a Cisjordania, del puerto y el aeropuerto.

Pero colisionan en la forma de lograrlo. Abbas respalda la propuesta de Egipto -que pide un alto el fuego primero y la negociación del alivio del bloqueo después-, lo que Israel ve con buenos ojos.

Meshaal considera que esa opción ya fracasó en 2012, tras la anterior agresión militar de Israel contra la Franja de Gaza, e insiste en que las medidas de alivio se concreten al mismo tiempo que el alto el fuego, para lo que cuenta con el apoyo de Qatar y Turquía.

Benjamin Netanyahu saca pecho ante sus ministros

Las negociaciones han ahondado la división sobre el conflicto que anida en el Gobierno israelí, con los ministros más racistas presionando a Netanyahu para que prosiga con una «guerra» que en sus primeros 41 días ya le ha costado al erario público más de 2.500 millones de dólares.

El ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, acusó la semana pasada al jefe del Gobierno de ocultar información sobre el diálogo de El Cairo, mientras que el titular de Economía, Naftali Bennett, reiteró tras la ruptura de la tregua que la operación bélica debe continuar «hasta arrodillar a Hamas».

El pasado miércoles, tras conocerse que el Ejército había logrado matar a tres comandantes de Hamas, Netanyahu sacó pecho: pidió a sus ministros que hablaran menos y dijo que la ocultación buscaba evitar filtraciones. Ese éxito militar parece haber otorgado al jefe del Gobierno el instrumento que necesitaba para aliviar las tensiones internas y avanzar hacia una solución que le resulte airosa.

Ese mismo éxito también ha golpeado a las milicias palestinas, que ejecutaron ayer a 18 personas acusadas de colaborar con Israel. «Estaban del lado de Israel, dieron información sobre la ubicación de los túneles y bombas trampa para los tanques», explicaron los verdugos. GARA