Raimundo Fitero
DE REOJO

Rumba


Una de las canciones del gitano catalán Pedro Pubill Calaf, para el mundo Peret, aseguraba «que no estaba muerto, estaba de parranda» y uno se imagina que este hombre vitalista, uno de los apóstoles de la llamada rumba catalana, en este último viaje ha llegado a una estación de destino en donde se puede armar una grande, allí le esperan muchos de sus compinches, Antonio González, El Pescaílla, marido de Lola Flores e inventor del ventilador a la guitarra, es decir fundador de la rumba, Gato Pérez, su palmero de cabecera fallecido hace unos días y tantos otros. Está asegurada la fiesta.

Vaya por delante que uno empieza a estar harto de escribir obituarios, pero en esta ocasión, la importancia popular de este hombre trasciende algo a sus éxitos musicales, sino que atraviesa nuestras pantallas televisivas durante décadas, se ve la evolución de un juerguista, bohemio, cantante que venía de la venta ambulante de ropa por al costa mediterránea, que alcanzó primeros lugares en todas las listas de éxitos, que vivía en los platós de TVE, que representó al ente en Eurovisión, que con su letras sencillas y su ritmos contagiosos creó un mundo fiestero que sirvió durante miles de amaneceres para acabar las fiestas discotequeras o particulares. Sonaba Peret y el cuerpo se ponía en marcha.

Pero ese Peret se consumía en sí mismo, y de repente abandonó el primer plano, los focos y se hizo religioso, pastor evangélico, puso todo al servicio de una secta, y acabó descubriendo un mundo extraño, corrupto y se salió, con la fe en su dios, pero confiando más en los hombres y mujeres normales, en su entorno, en su música, amigos y compadres. Un camino de ida y vuelta contado de manera excelente en televisión de un catalano-parlante que acabó siendo un referente musical, una seña de identidad para tantas generaciones de músicos y que ahora, con dignidad se ha ido, presa de un cáncer, y sí, de verdad, aquí repetimos el tópico, nos quedan sus canciones, sus borriquitos, sus lágrimas caídas en la arena, su Gitano Antón o Don Toribio Carambola. Canción popular contagiosa. Palmas, que el tío Peret nos quiere ver bailar a todos. Y no estaba muerto, estaba tomando cañas.