Ramón SOLA
APERTURA DEL CURSO POLÍTICO

El lehendakari hace fuerte a Rajoy

Es evidente que Euskal Herria tiene un buen número de problemas a resolver, pero últimamente las cosas parecen ir algo mejor que en España: sus instituciones no están en demolición, no se atisba tal corrupción, hay menos paro y algo más de protección, en general se vive mejor o al menos no tan mal, y hasta los políticos dicen que es donde más tranquilos van por la calle. Desde este punto de vista objetivo, el vasco -Urkullu en este caso- parece más fuerte que el español -Rajoy- y sería coherente que tuviera también más capacidad de iniciativa y ofensiva que su homólogo de Moncloa y que, por tanto, Rajoy fuera el interesado en reunirse con Urkullu y tenerle contento. Pero es justo al revés; el lehendakari asentado toca la puerta y el tambaleante presidente español hace como que no oye.

Tan clamoroso es el desplante que en un momento ayer Urkullu llegó a poner en duda que pidiera una reunión a Rajoy y apuntó que en realidad le envió su diagnóstico de situación y le trasladó que está dispuesto a cruzar impresiones. No importa mucho. El caso es que Rajoy no tiene prisa. Lógico. Sabe que Urkullu tiene mucho que decirle, pero ningún afán de apretarle. Y así el fuerte se convierte en débil, y el débil, en fuerte.