Raimundo Fitero
DE REOJO

Aznar

Es un truco. No voy a tratar nada de Josemari. Ni de su hija, una joven madre numerosa y esposa de uno de los sospechosos habituales de haber trincado dinero público a paletadas después de su boda con presencia de toda la banda en palacio imperial español. Se trata de una mujer, está ligada, incidentalmente, al fútbol y forma parte de ese amplio anecdotario de la supuestas casualidades que cambian tu vida conseguidas a partir de una figura bien cuidada y una cara fotogénica.

Abreviando, se la empezó a conocer en las redes sociales como «la de detrás de Simeone». Se la vio cuando al entrenador del Atletic de Madrid lo expulsaron durante un partido de fútbol y se fue a la grada, justo detrás de su banquillo y desde allí dirigía a los suyos. Cada vez que sucedía una incidencia en el campo, enfocaban al Cholo Simeone y detrás aparecía un rostro rotundo, con un escote no menos rotundo. Y la muchachada empezó a hacer bromas, a fijarse en el detalle, y se convirtió en «trending topic», y justo ahí, por cosas del destino, comenzó un recién iniciado camino hacia la fama que puede ser efímera o sostenible, dependiendo de sus tragaderas y escrúpulos al igual que de sus ambiciones.

Porque al poco la localizaron, la llevaron al «El Chiringuito de Jugones» un programa nocturno de fútbol, allí se dio a conocer su nombre, su biografía y como esto es un encadenado, su twitter saltó de un centenar a miles de seguidores, su rostro ha inundado todas las redes y ya ha aparecido en otros programas de televisión y como además de tener fotogenia, muy buena fotogenia para ser precisos, tiene personalidad, es decir se expresa muy bien esta sevillana, domiciliada en Madrid, empleada de una tienda de ropa, puede llegar a ser una figura de la televisión.

¿Ven qué fácil? ¿Ven cómo el fútbol es bueno para las mujeres? En el mundial hubo un concurso que ganó una joven suiza y después fue desposeída de su trabajo en una marca de productos de belleza porque era cazadora.

Veamos qué sucede con esta Carmen Aznar que, de verdad lo manifiesto, ya forma parte para siempre de mis inquietantes historias sobre al transformación de una ciudadana normal en una figura televisiva. ¿A quién votará?