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Poroshenko admite en Mariupol que una victoria solo militar es imposible

El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, dio ayer un espaldarazo al alto el fuego al visitar la ciudad portuaria de Mariupol, escenario de los últimos enfrentamientos, desde donde afirmó que «es imposible ganar el conflicto solo por medios militares» y anunció la liberación de 1.200 rehenes por parte de los separatistas en los últimos cuatro días, una cifra que fuentes cercanas al Gobierno de Kiev rebajaron después a 648.

Petro Poroshenko, admitió ayer que es imposible vencer en el conflicto en el este de Ucrania solo por medios militares y volvió a exigir la retirada de tropas rusas. «Es imposible ganar el conflicto solo por medios militares, ya que cuanto más aumenta la presión más tropas rusas hay en nuestro territorio», declaró Poroshenko tras llegar a Mariupol, una de las ciudades del este de Ucrania más afectadas por el conflicto, agregando que la «manera más rápida» de alcanzar la paz es la retirada de las fuerzas rusas.

«Estamos preparados para defender nuestro país. Nuestro Ejército y nuestros guardias fronterizos tienen la pólvora seca. Pero haremos todo lo posible para arreglar esta situación por medios políticos», sostuvo.

Vestido con uniforme militar, anunció la liberación de 1.200 personas capturadas por los separatistas prorrusos. Desde el acuerdo del alto el fuego alcanzado el viernes en Minsk, «hemos conseguido liberar a 1.200 de nuestros prisioneros», declaró Poroshenko, quien dijo que esto responde «al buen funcionamiento» del acuerdo, a pesar de las «diez o doce» violaciones diarias de la tregua. Prometió que otras 863 personas en poder de los insurgentes serán liberados antes de que concluya esta semana.

Sin embargo, no indicó si se trata de un intercambio de prisioneros, tal como se acordó en las negociaciones de Minsk.

Un portavoz militar había señalado poco antes que solo 20 soldados habían sido devueltos a Kiev, mientras que una fuente cercana al Gobierno ucraniano matizó, desde el anonimato, que las personas liberadas eran 648.

El primer ministro de Donetsk, Alexandr Zajarchenko, señaló que mañana será el turno de Kiev para liberar a los rebeldes que están en su poder.

Integridad territorial

«Esta es nuestra tierra y no se la entregaremos a nadie», escribió a su llegada a Mariupol en su cuenta de Twitter el mandatario, quien desde el viernes insiste en que la integridad territorial de su país «es intocable».

Volvió a instar a Rusia a «retirar sus tropas» y «cerrar la frontera», tras lo que los ucranianos serán capaces de llegar a un acuerdo porque, según él, la mayoría de habitantes de Donbass quieren vivir en una Ucrania unida.

Agregó que los rebeldes prorrusos dispararon contra puestos de control en las afueras de la ciudad a la hora en que él había anunciado su llegada y exhortó a los habitantes de Mariupol a «construir fortificaciones» para frenar el avance de los rebeldes, y al Ejército a estar «en máxima alerta» y reforzar la defensa de la ciudad. «Debemos estar preparados para una vil violación del régimen de alto el fuego», advirtió.

Las fuerzas de seguridad ucranianas reconocieron ayer que la situación en la zona es estable, aunque durante la noche del domingo al lunes hubo varios intentos de aproximación a Mariupol por parte de los separatistas.

Ambas partes han denunciado violaciones de la tregua desde su entrada en vigor.

Al respecto, Arseni Yatseniuk, primer ministro en Kiev, advirtió de que si los rebeldes rompen el alto el fuego, no le quedará otra opción que implantar a ley marcial. «Esto es una guerra», apuntó, al tiempo que aseguró que «el mundo no tiene derecho a olvidar la agresión de Rusia, que debe pagar un precio».

Por otro lado, el Ejército ucraniano anunció ayer el inicio de ejercicios navales con fuerzas de la OTAN lideradas por EEUU en el mar Negro. Siete barcos ucranianos y cinco de países de la OTAN participan en estos ejercicios.

También participará entre el 13 y el 26 de este mes en otros ejercicios militares liderados por EEUU en el oeste de Ucrania. Se tratará del primer despliegue de tropas terrestres estadounidenses en el país desde el inicio, en abril, de conflicto que ha dejado ya más de 3.000 muertos, según la ONU.

Más sanciones amenazarían la seguridad mundial, según Medvedev

El primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, advirtió ayer de que la adopción de nuevas sanciones contra su país supone una amenaza a la seguridad internacional. «Sabemos que las sanciones primero son económicas, luego siguen las políticas, que son siempre asimétricas. Y esto es más terrible que la restricción de suministros: puede producir la quiebra del sistema de seguridad en el mundo», afirmó en una entrevista en el periódico «Vedomosti».

«Las sanciones son un arma de doble filo», dijo Medvedev, quien indicó que en un inicio Rusia no quiso responder a las medidas occidentales y que la decisión de prohibir la importación de alimentos de los países que las adoptaron, que «tiene el respaldo de la mayoría de la población», se tomó después de varias rondas de sanciones.

Medvedev respondía así al anuncio de la Unión Europea (UE) el pasado viernes de un acuerdo para endurecer y ampliar las sanciones económicas contra Rusia que debían concretarse ayer para entrar hoy en vigor.

Algunas fuentes informaron anoche de que la UE no logró adoptar, como estaba previsto, las nuevas sanciones, lo que motivó la convocatoria de otra reunión informal de los embajadores de los Veintiocho para intentar desbloquear la situación. Sin embargo, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, dijo que los Veintiocho habían adoptado «un paquete de más medidas restrictivas contra Rusia» por el procedimiento escrito, pero que su «entrada en vigor» quedaba aplazada a «los próximos días» para dar tiempo a evaluar el alto el fuego en el este de Ucrania.

Ayer, Bruselas insistió en que las sanciones tendrán carácter «reversible» si se confirma el alto el fuego en el este de Ucrania. GARA