Amaia U. LASAGABASTER
EIBAR Derrota en Ipurua

El Eibar no llegó a la orilla

Un gol de Juan Domínguez al cuarto de hora dejó sin puntos a los armeros, que buscaron el empate por todos los medios pero sin éxito.

EIBAR 0

DEPORTIVO 1

El Eibar cosechó su segunda derrota consecutiva. Fue una noche de esfuerzo baldío para los azulgranas que, con el marcador en contra desde el primer cuarto de hora, no dejaron de bracear para acercarse a la orilla pero acabaron hundiéndose sin llegar a tocar tierra.

El tropiezo deja a la escuadra eibarresa en una situación todavía cómoda en la clasificación pero le demuestra, por si lo necesitaba, que la Primera División no solo ofrece días de vino y rosas. Lo advertía Gaizka Garitano la víspera del choque. La visita del Deportivo podía dibujar un cartel menos atractivo que los dos duelos previos ante Real Sociedad y Atlético, pero la exigencia del rival y la importancia de la contienda no iban a desmerecer un ápice. Efectivamente, los azulgranas dejaron escapar una oportunidad tan válida como cualquier otra -o incluso más, teniendo en cuenta el peso de los arranques ligueros a lo largo de la temporada- para acercarse a su objetivo. Y, efectivamente, el Deportivo puso las cosas tan o más difíciles como los dos rivales anteriores.

No pareció, en cualquier caso, y supone un alivio, que la victoria de los gallegos se debiera a la desmotivación local. Ni del equipo, ni de la grada que, como solicitaba el técnico la víspera, estuvo enchufadísima desde el pitido inicial. Aunque también es cierto que lo sucedido en los primeros compases del choque resultó decisivo, con un Deportivo incisivo y agraciado con el gol, y que supo después hacer buena su ventaja. Con oficio, con el «otro fútbol» y con la imprescindible pizquita de fortuna, el equipo de Víctor Fernández consiguió proteger su botín hasta el pitido final, dejando su recompensa el derroche de entrega que efectuó el Eibar en su búsqueda de la remontada.

Buen arranque visitante

Como sucediera dos semanas atrás en el Vicente Calderón, los azulgranas se vieron con el agua al cuello nada más comenzar el choque. Tuvo mucho que ver la intensidad con la que saltó al campo el Deportivo, posiblemente convencido de que usurpar a su anfitrión una de sus especialidades, los arranques avasalladores, podían allanar su camino. En seis minutos, el conjunto coruñés ya había ejecutado cuatro lanzamientos de esquina y una peligrosa falta frontal, mientras Germán Lux se permitía adormecerse siguiendo el juego desde la lejanía. Lamentablemente, el cántaro no tardó en saltar hecho pedazos. No se había cumplido el cuarto de hora cuando Juanfran centraba desde la derecha, Albentosa no acertaba a despejar y Juan Domínguez recogía el balón en el área para rematar el 1-0 a bocajarro.

Al Eibar no le quedaba otra que reaccionar. Asumió su deber con ganas pero sin acierto inicial. Los armeros no supieron hacer frente al dibujo del Deportivo, cuya superioridad en el centro del campo fue patente hasta mediado el primer tiempo. El color blanco era el único que se veía en la zona ancha. Con el equipo partido, al Eibar no le quedaba otra que intentar acercarse a la portería visitante con balones en largo Y, por mucho que pesen los tópicos, a este equipo no se le da bien el patadón, así que tuvo que pasar un buen rato hasta que los azulgranas encontraron su sitio para desplegar un juego más acorde con el que acostumbra. Aunque no lo fuera tanto como para crear ocasiones claras de gol, al menos de forma regular. El Deportivo, obviamente, puso de su parte para evitarlo. Se empleó con contundencia, excesiva en ocasiones, y además se sintió cómodo cuando el partido se enturbió y el termómetro empezó a subir, un ambiente en el que le costó moverse a la escuadra local. Aún así tuvo cerca el gol el Eibar. Sobre todo en un centro raso de Javi Lara que Arruabarrena remató desde el suelo para que Dani García empalmara después el rechace desde la frontal. Se fue alto. A tres minutos del descanso, la ocasión pudo ser aún más clara. Tanto como el empujón que propinó Sidnei a Ángel cuando intentaba rematar una asistencia de Abraham. Pero el árbitro no lo vio y el Eibar se fue caliente, además de en desventaja, a los vestuarios.

Chispa contagiosa

Tocó mover banquillo en el descanso y durante algunos minutos pareció que Gaizka Garitano había dado con la tecla correcta. Dani Nieto tomó el relevo de Capa y en los cinco primeros minutos de la reanudación creó tanto peligro como sus compañeros en toda la primera parte. No tardó demasiado en perder chispa pero el equipo ya se había contagiado y, en toda la segunda parte, pese a alguna contra peliaguda de los gallegos, se vio más cerca el empate que la sentencia. Aunque fue más una cuestión de intensidad, posesión o sensaciones que de ocasiones claras.

Porque el dominio de los eibarreses, que esta vez sí se habían adueñado del centro del campo, y de todo lo demás, seguía sin ofrecer frutos. A Garitano no le quedó otra que poner toda la carne en el asador. Primero con otro hombre por hombre -Piovaccari ocupó el puesto de Ángel- y con un cambio definitivamente ofensivo después -Saúñ Berjón saltó en sustitución de Dani García-, el técnico vizcaino trató de dar a su equipo lo que le faltaba. Pero no lo consiguió. El balón no dejó de merodear el área coruñesa pero los remates claros entre los tres palos pudieron contarse con los dedos de una mano. El Eibar se acercaba pero no acababa de definir, ni en el último pase, ni en el remate. Corría en contra de los azulgranas el cronómetro, su propia ansiedad y también el trabajo del rival. En las dos jornadas previas se había adelantado el Zaragoza en el marcador y solo había podido sumar un punto entre las dos. Lástima que hubiera aprendido la lección para cuando llegó a Ipurua porque, como reconoció después su entrenador en rueda de prensa, el Deportivo supo sufrir para hacer buena su ventaja.

Lo lamentó el Eibar, que se ahogó sin llegar a tocar la orilla y que, casi sin tiempo para descansar, viajará el viernes a Elche con la necesidad de sumar sus primeros puntos a domicilio.

«El partido no ha sido como para perderlo en ningún caso»

Dolido por la derrota y satisfecho con sus hombres concluyó el encuentro Gaizka Garitano, que reconoció que los errores se pagan a un precio muy alto en Primera.

«Nosotros no hemos marcado y ellos han hecho un gol -reconoció el técnico- pero no hemos sido menos que ellos. De hecho, creo que hemos sido más. Hemos llegado mucho, hemos dominado mucho, aunque nos han faltado ocasiones claras de gol. Pero creo que el partido en ningún caso ha sido para perderlo nosotros».

Destacaba Garitano que sus jugadores «han hecho un buen trabajo y se han vaciado. Quitando los primeros cinco minutos y el último cuarto de hora, en el que el equipo ya ha pagado un poco el esfuerzoque había hecho, mis jugadores lo han hecho muy bien. Con mucho ritmo, mucha intensidad... No solo eso, también haciendo muy buen fútbol», Reconoció el técnico que sí «nos ha faltado esa pared, ese último remate, ese disparo preciso..., el saber convertir todo ese dominio y esas llegadas en ocasiones claras». En ese sentido, destacaba que «esa capacidad para definir en los últimos metros es especialmente importante».

No es menos destacable el precio de los errores. «Nos tenemos que acostumbrar, no es Segunda -asumió-. Puedes hacer noventa minutos prácticamente redondos que con un solo error pierdes el partido. Hoy ellos nos han ganado con un solo tiro», insistió. En el mismo sentido, reconoció que en esta nueva categoría resulta más complicado trasladar las sensaciones al marcador. «Estamos compitiendo, lo hemos hecho en los tres partidos que hemos jugado. En ninguno hemos sido menos que el equipo rival. Pero también hemos visto que va a costar ganar los partidos. Igual el equipo va a estar a la altura competitiva de cualquiera, es lo que esperamos, pero de ahí a ganar los partidos, ese paso de hacer gol, de ganar el partido... Eso nos va a costar más. Pero hay que estar tranquilos y tener paciencia». Garitano, al menos, y pese al disgusto por el resultado, se fue a casa «contento y optimista por ver al equipo vivo, con confianza... Hoy los chavales están jodidos porque han hecho un esfuerzo tremendo y han perdido. Pero mañana a levantar la cabeza, a trabajar con alegría y el viernes a Elche. Yo soy optimista», insistió.

Víctor Fernández, por su parte, aseguró que el partido se había caracterizado por «la disputa y por ser muy táctico en muchas fases». «He visto dos equipos extraordinariamente tácticos -aseguró-. Un Eibar que sabe a lo que juega, muy bien organizado y con un grandísimo entrenador, Es fantástico ver cómo han jugado estos tres partidos». Por eso se mostró especialmente satisfecho por haber sumado los tres puntos, «cuando además todavía estamos en fase de acoplamiento. Pero somos un equipo muy competidor, que no regalamos absolutamente nada y que hoy hemos sabido sufrir y hemos obtenido la recompensa de los tres puntos», se felicitó. A.U.L.